ROMA.- A partir del próximo 1 de diciembre, Daniel Barenboim pasará a ser el nuevo director musical del Teatro alla Scala de Milán, uno de los más importantes del mundo.
El prestigiosísimo director y pianista argentino-israelí, que cumplirá 69 años el 15 de noviembre, ya tenía una estrecha relación con el Teatro alla Scala: desde 2006, en efecto, tenía allí el cargo de maestro scaligero , puesto que se había creado especialmente para él después de la controvertida renuncia de Riccardo Muti, que fue director musical del templo de la lírica milanés durante 18 años, hasta 2005.
Barenboim -también creador de la famosa West-Eastern Divan Orchestra, grupo formado por músicos israelíes y palestinos- tendrá el cargo de director musical de la Scala hasta el 31 de diciembre de 2016. Según indicó un comunicado de la casa milanesa, tendrá allí compromisos por un lapso de quince semanas por año, es decir, unos cuatro meses, entre ópera, conciertos y giras.
El director general y artístico de la Scala, el francés Stephane Lissner, expresó "satisfacción y orgullo", al confirmarse "la estrecha relación con uno de los más grandes directores de nuestro tiempo, que en los recientes cinco años de colaboración dio un fuerte impulso a la actividad del teatro, y con esta elección ha tomado una decisión importante en su actividad artística internacional". Barenboim también es director principal vitalicio de la Statskapelle de Berlín.
El comunicado también destacó que de esta nueva relación con el teatro considerado el templo máximo de la lírica "se reafirma un proyecto europeo de gran envergadura, que refuerza a la Scala a nivel interno y al mismo tiempo abre nuevas perspectivas en el escenario mundial".
Giuliano Piasapia, alcalde de Milán y, como tal, presidente de la Fundación, también manifestó su profunda satisfacción. "Con esta elección el Teatro alla Scala se confirma una vez más como el punto de referencia de la cultura y de la música en el ámbito internacional -indicó-. La grandeza de su obra, que tuve ocasión de apreciar en más de una oportunidad, enriquecerá la historia del templo de la lírica y, por ende, la imagen de Milán y de Italia en el mundo."
Todo el mundo recuerda que, en diciembre del año pasado, al inaugurar la temporada lírica de la Scala en la tradicional noche de San Ambrosio, patrono de Milán, Barenboim fue doblemente ovacionado: no sólo como magistral director musical de La valquiria de Wagner -que dirigió sin partitura-, sino también como ilustre vocero del descontento en ámbitos artísticos del Viejo Continente.
Antes de que se apagaran las luces y comenzara el espectáculo más esperado del año para los melómanos, Barenboim lanzó un fuerte mensaje en contra de los severos recortes en la cultura dispuestos por el gobierno de Silvio Berlusconi (el gran ausente en esa noche de gala).
Dirigiéndose al público, que lo escuchaba en un silencio sepulcral, Barenboim recordó el artículo 9° de la Constitución de Italia. "La república promueve el desarrollo de la cultura y la investigación científica. Tutela el paisaje y el patrimonio artístico de la nación", leyó el gran maestro, provocando una ovación.http://www.lanacion.com.ar
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