Mayer ganó un partido histórico
Dramático es el mejor adjetivo que le cabe al histórico triunfo de Leonardo Mayer sobre Joao Souza en Tecnópolis, para igualar la serie ante Brasil por la primera ronda del Grupo Mundial. Con 6 horas y 42 minutos fue el partido de singles más largo de la historia de la Copa Davis,
y el correntino lo ganó por 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), 5-7, 5-7 y 15-13 para
darle vía libre al quinto punto entre Federico Delbonis y Thomaz
Bellucci, donde se definirá la serie, y el ganador será el rival de
Serbia en los cuartos de final. El perdedor, aguardará el sorteo para
ver cuál será su rival en el repechaje para mantener la categoría.
El comienzo del juego fue muy parejo.
Mayer mostró en el primer game un problema que lo acompañó a lo largo
de todo el set: jugó sin primer saque. Los cuatro puntos del game
inicial se jugaron con el segundo servicio del correntino, que igual
pudo ganarlo en cero. Ese déficit se mantuvo a lo largo del set, en el
que Mayer tuvo apenas un 56% de primeros servicios, contra un 71% de su
rival. En el siguiente game, ya con el saque del brasileño, Mayer tuvo el único break point del primer set, pero su revés paralelo se fue ancho y así se escapó la única chance de quibre del set.
Saque
y saque llegaron al tie break. Souza tuvo la primera ventaja cuando se
fue a sacar 1-0. Pero Mayer empezó a revertir la situación cuando
recuperó el mini quiebre en el tercer punto con un revés que dio en la
unión de los dos flejes del fondo de la cancha, cobre la derecha del
brasileño. Una derecha invertida de Souza que quedó en la red dejó a
Mayer con ventaja de 4-3 y el saque, y otro gran revés cruzado del
argentino clausuró definitivamente el primer set con un 7-4 en el tie
break, después de 57 minutos.
Ya con un set en el bolso, Leo tuvo otro break point en el 1-1 del
segundo set. Souza sacó bien abierto y definió sobre la derecha del
argentino, que quedó muy lejos. Mayer ganó el siguiente punto y volvió a
quedar break point. Entonces el brasileño volvió a sacar abierto y
definió en la red con un toque a puro talento. Pero hubo una tercera
oportunidad en ese game y el correntino la aprovechó. Vino el ya
repetido saque abierto sobre el revés que el correntino devolvió si
mayores problemas, y Souza hizo el resto: jugó una derecha sin control
que se fue muy larga y decretó el primer quiebre del partido.
El
brasileño recuperó el quiebre en el sexto game. Mayer sacaba 3-2 y 30
iguales, pero un revés se le fue muy largo y con ese error no forzado
del argentino Souza tuvo su primer break point a favor. Leo se la jugó
para tratar de no perder la ventaja: saque y red, pero la volea se fue
ancha, se esfumó la ventaja y el segundo set también tuvo que definirse
el el tie break. Esta vez Mayer tomó el control desde el primer punto.
Consiguió un mini quiebre de entrada y con su servicio se escapó 3-0.
Después tuvo ventaja de 5-2, pero el brasileño llegó a ponerse 5-5 y un
manto de duda se posó por un momento sobre la cancha de Tecnópolis.
Entonces un revés enganchado y una derecha sin dirección arruinaron lo
bueno que había conseguido el brasileño y sellaron el 7-5 que le daba a
Mayer una buena ventaja de dos sets a cero, después de un set que duró
una hora y cinco minutos.
Mayer salió a jugar con la confianza que
le otorgaba el 2-0 en el tablero. Ganó su punto de saque y quebró el de
su rival para ponerse 2-0 arriba. Con el 3-0 para el correntino, el
brasileño parecía tambalear. Pero si nada para perder, Souza recuperó la
memoria y le empezó a pegar a la pelota con confianza. Mantuvo su
servicio en el cuarto y en el sexto game, y en el séptimo quebró el
saque de Mayer y se puso a tiro: 3-4 abajo, pero con el saque y con el
argentino pidiendo atención médica. En ese tercer set reapareció déficit
del argentino en aquel primer parcial: el porcentaje de primeros
saques, que en el segundo set había subido a 71%, volvió a caer a 56%.
Sin esta arma fundamental, Mayer no pudo recuperarse a tiempo del bajón y el set se le escapó por 7-5 en una hora y siete minutos.
El pozo en el que cayó Mayer se hizo más grande en el comienzo del
cuarto set. Con ventaja de 40-30 hizo una doble falta. Recuperó la
ventaja en el punto siguiente con un saque ganador, pero a continuación
hizo saque y red, y la devolución de Souza lo encontró a mitad de camino
(iguales). Otra doble falta del local le dio a Souza otra chance de
quiebre y esta vez no la desaprovechó. Hubo una reacción del correntino
en el sexto game, cuando recuperó el quiebre y se puso 3-3. Pero Souza
se mantuvo prendido, jugando sobre el revés de Leo para escaparle a la
derecha (aunque hoy no fue tan determinante) y volvió a quebrar para
ponerse 4-3 y luego escaparse 5-3 con su servicio. Tuvo un primer set
point Souza en el 5-4 y con su saque, pero Mayer soltó la derecha por primera vez en un rato largo
y lo levantó a puro palo. Primero castigó con dureza a la bola y lo
ganó en la red para ponerse break point. Y enseguida liquidó un duelo de
derechas con un fierrazo sobre el revés de su rival, que no tuvo reacción.
La
esperanza argentina volvía a nacer. Estaban 5-5 y sacaba Mayer, a dos
games de la victoria. Pero Souza no se cayó. Siguió muy enchufado y
cuando se tuvo el primer break point lo liquidó: Con el 30-40 Leo sacó y
se fue a la red, pero el brasileño puso la devolución en los pies del
argentino, le ganó el punto, el game y en el juego siguiente, con su
servicio, el set. Después de cuatro horas y 12 minutos
de juego, con unos 30 grados de temperatura, el brasileño llegaba al
quinto set motivado por la reacción y con aparentes ventajas en el
aspecto físico de cara a un set que el argentino estaba obligado a ganar
para seguir en carrera.
La primera novedad del quinto set fue que Mayer pudo levantar un break point ante Souza,
quien había tenido seis a lo largo del partido, con un 100% de
efectividad. Después de eso fueron saque a saque, sin mayores
sobresaltos para ninguno de los dos, hasta que en el 3-4 y 30 iguales,
Souza dejó en la red una pelota increíble para quedar break point abajo,
del que zafó con un saque ganador. Mayer tuvo otras dos oportunidades
de quiebre, pero no pudo tomarlas. Tampoco pudo aprovechar un 40-0
cuando estaba 5-4 y la victoria estaba al alcance de la mano. Eran los tres primeros de los diez match points que se le escapaban.
Entonces
el que tuvo su oportunidad fue el brasileño, que con el resultado 5-5
tuvo la primera chance en el 15-40, y facturó. Todo parecía derrumbarse.
La ilusión de un cruce con Serbia por los cuartos de final empezaba a
esfumarse, incluso antes del difícil quinto punto entre Delbonis y
Bellucci. Los ojos de todos (en el estadio y en los televisores) querían
cruzarse con los de Mayer para darle un último empujón. Y así salió el
correntino a tratar de revertir una situación que parecía imposible.
Como
en el décimo game, Souza sintió la presión de tener que cerrar el
partido y de repente se encontró 15-40. Dos buenas oportunidades para
Mayer para volver a un partido que apenas minutos atrás parecía que se
le escurría entre los dedos. Pasó la primera, con un revés cruzado que
se fue ancho y dio una mano Souza, con una doble falta para dejar el
tablero igualado en 6. Tuvo otros dos match points Mayer (el cuarto y el quinto)
en el 9-8, pero también se le escaparon. Llegaron a las seis horas de
partido cuando Mayer sacaba 10 iguales y 40-30 en el quinto. Con ventaja
de 12-11, el correntino volvió a tener un triple match point que no pudo cerrar (llegaba a ocho en total). Salvó tres break points en el game siguiente, y cuando se cumplieron 6 horas y 23 minutos establecieron un nuevo récord:
el de partido de singles más largo de la historia de la Copa Davis.
Superaron a uno que tuvo como ganador al estadounidense John McEnroe
sobre el sueco Mats Wilander en los cuartos de final de 1982, y que duró
6 horas y 22 minutos.
Cada cambio de lado se parecía más a un descanso entre rounds de un combate de boxeo que al descanso de dos tenistas.
Los fisioterapeutas hacían lo imposible para mantener de pie a sus
jugadores. Y así volvieron a la cancha, con ventaja de 14-13 para Mayer.
Con lo último que le quedaba de reserva física, el correntino puso
contra las cuerdas a Souza: 15-30, y el grito del público parecía
anunciar el final. Una devolución de saque de revés, que en un primer
set hubiera sido inofensiva, le quedó muy lejos al brasileño, que ni se
movió. Doble match point. El primero se escapó, y la
cuenta llegó a 10. Pero el segundo fue el decisivo. Leo ya no tenía
energía para expresar su felicidad (y su alivio). Primero se tiró al
piso, se levantó rápido y comenzó a saltar hasta que llegó el abrazo con
el capitán Daniel Orsanic y con sus compañeros, entre los que estaba
Juan Martín del Potro. Esta victoria fue muy valiosa, pero pocos la
recordarán si Federico Delbonis no corona el fin de semana con un
triunfo frente a Bellucci y el pasaporte a la próxima instancia.
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