miércoles, 16 de septiembre de 2015

Experta en desarme

Una argentina investiga armas químicas

Gamba, que ha sido directora de la oficina de desarme de la ONU en los últimos dos años, fue elegida para encabezar un panel independiente a cargo de determinar la responsabilidad de ataques con armas químicas en Siria.

Gamba investigará el uso de armas químicas en Siria.
 
Una argentina experta en desarme fue nombrada para encabezar un panel independiente a cargo de determinar la responsabilidad de ataques con armas químicas en Siria, informó ayer la Organización de Naciones Unidas. Virginia Gamba, que ha sido directora de la oficina de desarme de la ONU en los últimos dos años, trabajará con otras dos personas en una misión de un año para investigar quién utilizó las armas prohibidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU decidió en forma unánime en una resolución en agosto pasado, establecer una investigación sobre la cuestión, en una poco frecuente muestra de unidad ante el conflicto que lleva cuatro años. Tras postergaciones debido a reservas de Rusia respecto del mandato del panel, la misión obtuvo la semana pasada la luz verde final del máximo órgano de decisión de la ONU. Gamba liderará un grupo que tratará de identificar a individuos y grupos involucrados en la utilización de ese tipo de armamento en el país árabe.
Gamba ha estado trabajando en cuestiones de desarme desde hace 30 años y ha colaborado en dos misiones sobre armas químicas en Siria. El panel trabajará con la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, (OPAQ) con sede en La Haya.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destacó a través de su portavoz que “Gamba aporta a la investigación “más de 30 años de experiencia y liderazgo profesional en de-sarme”. Según Ban, la argentina ha demostrado su capacidad en varias iniciativas internacionales en este ámbito y dio un apoyo clave a las dos misiones anteriores que se encargaron de estudiar el uso de armas químicas en Siria.
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia acusan al ejército sirio de haber realizado ataques con armas químicas, entre ellos varios con gas de cloro. Rusia, en cambio, considera que no hay pruebas contra su aliado, al que siempre ha intentado proteger en el seno del Consejo. El panel debe presentar su primer informe 90 días después de comenzar sus tareas.
En 2013 Siria aceptó un plan ruso-estadounidense para desmantelar su red de armas químicas y plegarse al tratado internacional que prohíbe su uso, en lo que se consideró el primer indicio de que Moscú estaba dispuesto a aumentar la presión sobre el régimen de Assad sobre el tema.
El nombramiento se hizo efectivo en coordinación con la OPAQ y tras consultar al Consejo de Seguridad, según confirmó su presidente de turno, el ruso Vitali Churkin.
Ban reiteró ayer su llamamiento a todas las partes en Siria para que cooperen con los investigadores. El secretario general además confió en disponer del apoyo de todos los miembros de la ONU para hacer efectiva la resolución 2235 del Consejo de Seguridad, que abre la posibilidad de sancionar a personas o entidades que hayan utilizado armas químicas en Siria.
Gamba asume el cargo después de un concurso en el cual compitieron cerca de 100 expertos de todo el mundo, entre ellos el ex canciller de Egipto y un ex vicepresidente de Rusia. La designación reconoce la larga experiencia de esta dama de 59 años en estrategia y el desarme, al punto de que en 1995 obtuvo el Premio Nobel de la Paz (compartido) como miembro de la organización Pugwash por el desarme nuclear.
Entre 1996 y 2001 fue responsable de la fundación Safer Africa que se encargó de las tareas de retiro de las armas que habían quedado en sudáfrica como consecuencia de años de guerra civil. En esa tarea trabajó junto al ex presidente Nelson Mandela. Vivió en Pretoria durante esos años y desde allí fue asesora en temas de seguridad interna de más de una decena de países africanos.
Gamba es además la autora de los principales libros sobre la Guerra de Malvinas, que la sorprendió en 1982 cuando regresó al país recién graduada con un master en Estudios Estratégicos en la Universidad de Gales, Gran Bretaña. Permaneció en el país, donde, terminado el conflicto elaboró junto con el ex canciller Nicanor Costa Méndez, la Memoria de la Guerra, un extenso relato de la guerra que hasta hoy tiene clasificación como secreto. Los detalles de esta experiencia están contados en el primer libro de memorias que publicó el año pasado bajo el título de Chocolate chino en Budapest. En 1984 publicó El Peón de la Reina, el primer análisis que se hacía de la guerra y que sigue siendo una obre de referencia.

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