La historia del partido de rugby por la paz que jugarán ex combatientes argentinos y británicos en Londres
Se desarrollará el 21 de septiembre en el estadio Richmond; el papa
Francisco bendecirá la pelota del partido; Alejandro Diego, el veterano
que convenció a los otros argentinos.
Por Jeremías Prevosti
Alejandro Diego era veterano de guerra. En diciembre
de 2012, recibió una invitación para regresar a las Islas Malvinas. Pero
un deseo aún lo invadía: matar ingleses. "Es muy fuerte ver cómo bajan
tu bandera y suben otra. De repente, estás sin nada, en otro país, con
el recuerdo de los amigos que acabás de enterrar. Eso te lleva a forjar
ese sentimiento". Él no había matado, y eso también le generaba una
sensación de vacío, de deuda no cumplida. Todo cambió en sus primeros
dos viajes a suelo malvinense, más de 30 años después de haber
combatido.
"Allá, me encontré con otro argentino que sí había
matado ingleses durante la Guerra y nunca lo pudo superar. Vivía con eso
día a día. También conocí a un isleño que, con 16 años, avisaba al
ejército británico cuando se aproximaba un ataque argentino. Un día vio
cómo volaron un avión y, pese a sus rezos para que el piloto salga
despedido, se sintió responsable de esa muerte. Lloró, se arrodilló y me
pidió disculpas. Yo también lloraba, y nos abrazamos. Ahí cambié, ahí
me sané", cuenta Alejandro Diego, con un dejo de emoción, en la
presentación del Encuentro de Rugby por la Paz, en el que participarán
veteranos argentinos y británicos, junto a innumerables estrellas del
deporte.
El partido, que tiene como principal impulsor la
organización Rugby Sin Fronteras, dirigida por Bautista Segonds, y que
también cuenta con la bendición del papa Francisco, se jugará el 21 de
septiembre en el estadio Richmond de Londres, que fue cedido sin costo
gracias a las gestiones de Rodrigo Roncero y Felipe Contepomi, quienes
deberán dar a cambio una clínica para los jugadores del club, y Agustín
Pichot. Pero todo estuvo cerca de quedar en un sueño cuando parecía
imposible convencer a los ex combatientes.
El proyecto siguió su
curso gracias a la gestión de Alejandro Diego. Con el mismo mensaje de
paz que sugiere en cada frase, muchas veces de manera implícita,
consiguió sumar a 14 veteranos argentinos. Eso sí: no resultó nada
fácil. "Fue bastante complicado porque tenés muchas posturas. Por un
lado, ex combatientes que no quieren juntarse con la oficialidad y que
me preguntaron: «Si van oficiales, nosotros no vamos». Después, tenés
veteranos de guerra que continúan con la idea de matar ingleses y que me
han dicho: «Si voy al estadio de Wembley, lo orino». También hay otros,
que son más como yo, que son de buscar la paz. Y ahí encontré", narra
el veterano, quien nunca jugó al rugby y que será el capitán de su
equipo, en diálogo con canchallena.com.
¿Y el contacto con los ex combatientes británicos? "Inglaterra es un
país que está en guerra desde hace 1500 años y que nació en base a
guerras. Una vez que terminan la guerra, ellos están acostumbrados a
decir: «Esto fue una guerra, un "partido", y después soy amigo de mi
enemigo, no tengo ningún problema». Del lado de ellos, total apertura",
revela Diego. Un dato importante: cada equipo contará con ex
combatientes de ambos países. Sí, un mezcladito.
Y agrega: "Me encantaría que esto sea un puntapié inicial. Sueño que a
partir de esta unión de veteranos argentinos y británicos nos podamos
hacer amigos de manera personal. Nos encantaría invitarlos a Buenos
Aires para que ese partido tenga su réplica acá. Y ojalá haya un tercer
partido que sea en las Malvinas".
Además de Rocero y Contepomi,
también participarán otras personalidades destacadas en el encuentro por
la paz, como el ex Puma Pedro Ledesma, el ex capitán de la selección
uruguaya Jorge Zerbino, el ex All Black Doug Howlet, los irlandeses
Ronan O'Gara y Alan Quinlan, el escritor John Carlin -autor de El factor
humano-, el periodista Christian Martin y el ex capitán italiano
Federico Pucciarello.
"La verdad es lindo poder hacer un partido
por la paz con algo que tiene una carga de emoción tan fuerte, como son
los veteranos argentinos e ingleses. A nosotros nos llena de orgullo,
pero la verdad es que lo fantástico será la participación de los ex
combatientes. Que se pueda jugar un partido por la paz sin fin alguno me
parece que es lo mejor que le puede pasar al rugby y a la sociedad", le
cuenta a este medio Roro, quien no volvió a jugar al rugby desde su
despedida con la selección argentina ante Australia, en 2012. "Pensé que
no iba a jugar más, pero me entusiasmó esto. Ahora me voy a poner
tapones bajitos. ¿Cómo estoy? A veces salgo a correr un poco, pero el
tema de golpearme lo estoy pensando", confiesa, entre risas, en una
charla informal con otros invitados.
Durante la presentación del evento, que se desarrolló en un local de
la avenida Alvear, en pleno barrio de la Recoleta, y que fue conducido
por el animador Julián Weich, también se difundió el trailer del
documental "El Otro camino a las Islas", en el que se muestran los
cuatros viajes de Diego, Segonds y otros veteranos a Malvinas. Los
primeros segundos muestran imágenes de archivo de la manifestación en
Plaza de Mayo el 2 de abril de 1982, cuando el pueblo argentino apoyó la
invasión de las Malvinas. Eso provocó la emoción de Alejandro.
"Yo
era colimba. Escuché la invasión a las cuatro de la mañana en el
cuartel y dije: «Qué locura». Después me enteré de la manifestación y
pensé: «Más locura». Cuando volví a mi casa, justo llegaban mis viejos
con las banderitas. Les pregunté de dónde venían y me dijeron que de la
plaza. «¿Cómo que fueron a la plaza?», les recriminé. Yo era consciente
en aquel momento de lo que significaba. Si hubiese muerto, no se habrían
perdonado nunca haber ido a la plaza, porque era la significación de
que ellos me habían mandado a matar".
En aquel viaje, 30 años
después de la Guerra, Alejandro Diego visitó el cementerio de los
soldados argentinos que murieron en combate. "Yo enterré a cuatro
personas, no en ese cementerio, sino en los campos de batalla, pero
estaban ahí. Fue muy fuerte. Me tiré al piso, lloré, me comuniqué con
ellos. Y ese fue el punto de quiebre. Lo que me transmitieron fue: «No
morimos para que las Malvinas sigan siendo argentinas, morimos para
decirles basta de guerras»". Desde ese día, es veterano de paz. "Ese
mote me lo puse yo. Me encanta el desafío. Mi misión es hermanarnos".
http://canchallena.lanacion.com.ar
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