El tenis argentino festejó un título por última vez sobre polvo de ladrillo el año pasado en Estoril. Y esta semana, en el Abierto de Viña del Mar (398.250 dólares), ya se aseguró al menos un finalista para buscar cortar la sequía de diez meses. Porque Juan Ignacio Chela, segundo favorito, venció al brasileño Joao Souza por 5-7, 7-6 (8-6) y 6-1 y porque Carlos Berlocq (7°) superó por 6-3 y 6-4 a Federico Delbonis; entonces ambos se enfrentarán hoy, no antes de las 17.45, en una de las semifinales. A ellos se les sumó Juan Mónaco (1°), quien derrotó en un duro encuentro al español Albert Montañés (5°) por 3-6, 6-1 y 6-1, y no antes de las 20.45 se medirá con el francés Jeremy Chardy.
Berlocq fue el primero en ganarse un lugar entre los cuatro mejores. Y otra vez derrotó a un compatriota. El chascomucense, además, sigue sin ceder sets en el torneo y se meterá por primera vez en su carrera entre los mejores 50 del ranking mundial. Desde su actual 55° puesto saltará hasta cerca del 46° y tiene chances de seguir creciendo. Lo más alto que había llegado en el escalafón se había producido en junio cuando fue 50°.
Hoy le tocará jugar con Chela, quien en tres horas de partido salvó dos match points en el segundo set. Uno fue en el 5-4 y 40-30 abajo con su saque y el otro en el tie break cuando quedó 6-5 abajo. Tras no poder cerrar el juego, Souza se derrumbó y el ganador lo pasó por arriba en el tercer parcial.
Con el triunfo Mónaco -cosechó su primera victoria en el historial ante el catalán- enfrentará hoy al francés Jeremy Chardy, quien superó al portugués Frederico Gil por 6-2 y 7-6 (7-5).
Tanto para Mónaco como para Chela este torneo les dará horas de juego y confianza para la serie en la que la semana próxima Argentina enfrentará a Alemania por la Copa Davis. Y es importante tener en cuenta que el equipo debutará en el torneo también en una cancha lenta.
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