Un cirujano "ilustre": a pulmón, logró el modo de salvar miles de vidas
Creó un método para operar el aneurisma de aorta abdominal. La primera operación está por cumplir 25 años.
Ciudadano Ilustre. Parodi, el lunes último, con la distinción. “Soy un optimista empedernido”, aseguró.
“Aun en nuestro país, que carece de muchas cosas, se puede lograr hacer
desarrollos que impacten a la medicina como ya lograron muchos
argentinos”. Hace cinco años, el doctor Juan Carlos Parodi concluía así
un artículo en la Revista Argentina de Cirugía Cardiovascular. El
mensaje parecía un resumen de su trabajo. Este cirujano vascular de 72
años creó, casi en soledad, sin apoyo de Estados ni de empresas, la
técnica endovascular para operar el aneurisma de aorta abdominal, una
protuberancia que puede desencadenar hemorragias irreversibles. Los
estudios internacionales demostraron que la mortalidad (5° causa de
muerte en varones mayores de 60 años) bajó más de un 50% gracias al
procedimiento. En septiembre, se cumplen 25 años de la primera
intervención.
“Cuando estaba en la Cleveland Clinic, en Estados
Unidos, dos pacientes murieron. Se trataba de gente muy enferma que
tenía que atravesar operaciones agresivas. Uno de ellos se había hecho
muy amigo. Yo tenía 34 años. Pensé que tenía que hacer algo disruptivo,
una técnica totalmente nueva. Me costó 14 años. Hoy, una operación que
tenía riesgos muy altos pasó a ser una intervención con anestesia local
que permite al paciente irse caminando en 24 horas”, dice Parodi, que
esta semana fue nombrado Ciudadano Ilustre por la Legislatura porteña.
No
fue su única innovación. Parodi creó cuatro técnicas aprobadas por la
Food and Drug Administration de Estados Unidos. La del aneurisma, una
para evitar el flujo revertido de la carótida y colocar stents
carotídeos sin riesgo de que las partículas vayan al cerebro y causen
embolia, un dispositivo para practicar suturas dentro de las venas y una
cuerda para procedimientos vasculares. “Soy el latinoamericano con más
patentes en bioingeniería, 280”, dice.
Aquella fantasía de salvar a
ancianos muy enfermos, a mediadados de los 80, pidió años de dedicación.
Al principio, otros especialistas no creían en el proyecto. Parodi
debió trabajar solo. Buscó materiales, pensó en tamaños, en partes de
una prótesis que debía armarse dentro de la arteria –ésta se divide en
dos brazos, como un pantalón– guiadas por una aguja, luego de una
incisión mínima. “Se parece a construir un barco dentro de una botella”,
describe.
Se contactó con Julio Palmaz, el médico argentino que
había creado los stents expandibles. Puso en marcha ensayos con su
equipo médico. Buscó proveedores que fabricaran los materiales
necesarios. “Había que ingresar componentes por la arteria, unirlos y
‘encamisar’ el aneurisma para que la sangre pase a través del stent”,
explica.
El procedimiento creció sólo con el entusiasmo. Hubo
prácticas con más de 50 perros, hasta lograr la experticia necesaria. En
septiembre de 1990, un paciente grave se sometió a la técnica por
primera vez en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. El éxito,
rotundo. El procedimiento saltó a las revistas de ciencia y Parodi se
volvió una “eminencia” (ver Perfil).
“En los últimos 50 años, un
grupo de médicos desde la Argentina revolucionamos la cirugía
cardiovascular”, se emociona. En la lista están Favaloro, creador del
bypass; Domingo Liotta, que desarrolló el primer corazón artificial;
Federico Benetti, impulsor de la cirugía cardíaca mínimamente invasiva;
Palmaz, creador del stent, y el propio Parodi. El, dice: “La Argentina
tiene gran cantidad de mentes creativas, apoyémoslas y démosle la
oportunidad de desarrollarlas”.
http://www.clarin.com
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