Tras sobrevivir a un secuestro en Ecuador, la explosión de una caldera de hotel en Brasil, un ciclón en Nueva York, y una primera ronda complicada en el Abierto de tenis de Estados Unidos, el argentino Diego Junqueira asegura ser "todo un suertudo".
Junqueira, de 31 años y 104 jugador del ranking de la ATP, debutó con suerte en su primer Abierto estadounidense y avanzó a segunda ronda luego de que su rival, el eslovaco Karol Beck, se retirara por una lesión del partido que jugaban este miércoles en Flushing Meadows, Nueva York.
Junqueira había ganado con comodidad el primer set 6-2, y se aprestaba a encarar el segundo cuando Beck (75 ATP) anunció su retiro por una lesión en el hombro derecho.
"Desde que hizo el primer saque vi que no tenía mucha fuerza y me dije: 'aquí pasa algo, y tengo que aprovecharlo'. Pero la verdad es que no esperaba ganar tan fácil", indicó Junqueira, que desde su debut profesional en 2001 sólo había jugado antes tres torneos del Gran Slam: Abierto de Australia (2008) y Roland Garrós (2008 y 2009).
"Al no poder dominar con su saque tuvo que moverse mucho el pibe, y su físico no le acompañó mucho. Con el calor que hizo en esa cancha, el cemento quemaba ché", manifestó el tenista de Tandil.
Explicó que al ver la limitación de su rival, "traté de quebrarlo rápido para ponerme encima en el 'score' y llevar el mando del partido, y eso fue lo que hice".
En su próxima salida, en opción a la tercera ronda, Junqueira se medirá a su compatriota Juan Martín del Potro, otro tenista de Tandil, a quien le une una gran amistad.
Curiosamente, pese a haber entrenado juntos por años, nunca se han enfrentado en un partido del ATP Tour.
Acerca de ese enfrentamiento, considera que hasta que no acaben los partidos no hay nada dicho, y puso como ejemplo lo que le pasó a Beck al lesionarse.
"No es que yo quiera que él se lesione, porque aparte, 'Palito' (como llaman a Del Potro) es muy buena gente, pero no te olvides que yo también tengo una raqueta en las manos, y soy un suertudo", dijo Junqueira.
Pese a haber pasado buenos sustos, Junqueira rememora ante la prensa los episodios de este año, que parecen salidos de una novela de acción.
"En Guayaquil (Ecuador) estábamos jugando un torneo y al salir de un restaurante tomamos un taxi y unos tipos nos secuestraron junto con Martín Vasallo (tenista argentino) y mi entrenador Wally (Grinovero). Por suerte no pasó a más. Le dimos la guita cash (dinero) y nos soltaron en un terraplén en las afueras. Caminamos todo el tiempo porque no nos atrevíamos a tomar otro taxi", explicó.
Apunta que en otro torneo en Blumenao (Brasil), estaba en su habitación durmiendo cuando sintió una "gran explosión que removió todo los cristales".
"Pensé que era una bomba, pero al rato llegaron los bomberos y nos evacuaron porque la caldera se había explotado", añadió.
"En Nueva York apenas llego me agarra el ciclón, pero ese si lo pasé lindo, sin sustos. Las autoridades tomaron muchas precauciones y no afectó tanto", recordó.
"Al ver con quien me tocaba debutar en este US Open, un número 75 de la ATP, me dije, y creo lo escribí así en Facebook: 'lo único que me falta es que me caiga en la cabeza un misil de Gadafi', pero ya ven, una vez más tuve suerte", subrayó.
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