Parlamentarios, sindicalistas, periodistas y escritores europeos resaltaron la recuperación del Estado, el aumento de inversión en salud, educación y servicios sociales, y la reducción de la desigualdad y la pobreza en la región latinoamericana.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
Presidentes latinoamericanos en una cumbre de Mercosur: “un ejemplo descollante” para Europa.
Imagen: EFE
América latina vuelve a ser ejemplo y modelo para la desorientada
izquierda europea. Ese fue el mensaje de la conferencia Latin America
2014 este sábado en la sede de la Central de Trabajadores en Londres,
que congregó a parlamentarios, sindicalistas, periodistas, escritores
británicos, cuerpo diplomático regional y contó con la presencia de la
hija del Che Guevara, Aleida.
En los ‘70 la región encarnó la utopía. En la Europa de la
austeridad y la orfandad ideológica post Muro de Berlín se ha convertido
en un faro más realista para revertir el credo neoliberal. “América
latina es un ejemplo descollante para Europa. Tenemos mucho que aprender
de su historia y sus luchas”, sintetizó en la inauguración Linda Perks,
vicepresidenta de Sertuc, la regional de trabajadores del sudeste
inglés.
Las palabras de Perks marcaron el tono para las intervenciones de
más de 70 oradores y panelistas que resaltaron la recuperación del
Estado, el aumento de inversión en salud, educación y servicios
sociales, y la reducción de la desigualdad y la pobreza en Argentina,
Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela. Esta
evaluación optimista contrasta con las falencias de una Europa que, más
allá de los movimientos opositores de Podemos en España y Syriza en
Grecia, no ha podido construir una alternativa luego del estallido
financiero mundial de 2008. “Lo que tenemos que ver acá en Europa es
cómo incorporar estas políticas de América latina a nuestros propios
procesos políticos”, indicó a Página12 uno de los panelistas, el
diputado laborista Chris Williamson (ver recuadro).
El optimismo sobre América latina no hizo olvidar las amenazas que
pesan sobre las transformaciones de los últimos 15 años. Celebración por
las recientes victorias electorales de Evo Morales en Bolivia y Dilma
Rousseff en Brasil, tranquila expectativa por los comicios en Uruguay,
pero preocupación por la “revuelta de los ricos en Venezuela” y “la
conjura de los fondos buitre y las cortes de Estados Unidos contra
Argentina”, según la definición de uno de los oradores, el periodista
del The Guardian Seumas Milne. El espantoso fin de la utopía de los ‘70
fue también evocado como una advertencia del pasado. El escritor Owen
Jones, autor de Chavs, la demonización de la clase obrera, rememoró cómo
su familia de trabajadores del norte del país alojó a una refugiada
chilena y sus dos hijos y cómo la mujer años después se suicidó, incapaz
de soportar el recuerdo de las torturas sufridas.
Una de las intervenciones más celebradas fue la de la hija mayor del
Che Guevara, la doctora Aleida Guevara, quien reivindicó este nuevo
escenario regional que hace que su “isla no esté aislada”. Carismática,
relajada, ocurrente, Guevara fue ovacionada por toda la sala de pie al
final de un discurso en el que reivindicó la salud y educación como
bienes inalienables del ser humano, música para los oídos de las 800
personas que colmaban el recinto de la Central de Trabajadores,
agobiados por los continuos recortes presupuestarios de la coalición
conservadora-liberal demócrata que hacen vaticinar un invierno de
emergencia en el sector salud del Reino Unido.
En el cierre de la jornada, la embajadora de Argentina en el Reino
Unido, Alicia Castro, compartió el podio con el diputado laborista
Jeremy Corbyn y el de Respect, George Galloway. “Se puede decir que un
fantasma recorre Europa, el fantasma de las lecciones que se pueden
aprender sobre América latina”, apuntó Castro. “Nuestra esperanza es que
América latina pruebe que es posible otro mundo y que hay alternativas
económicas y sociales en el siglo XXI.”
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