viernes, 31 de octubre de 2014

Innovación


Singularity University: un centro de innovación para salvar al mundo



Pascal Finette, profesor a cargo del laboratorio de Emprendimientos de Singularity University, apoya sobre la mesa del hotel, donde conversa con LA NACION, una llave de esas que sirven para ajustar o aflojar tuercas. Es de plástico, negra, muy liviana y entra en la palma de la mano. "Éste es el primer objeto hecho por el hombre en el espacio", dice. Esa herramienta fue creada gracias a Made in Space, el proyecto surgido de esa universidad que, a él como profesor, más le "voló la cabeza". Ese proyecto instaló por primera vez en una estación internacional espacial una impresora 3D diseñada para trabajar en gravedad cero. Ahora ya no dependen de la Tierra para resolver una eventual emergencia y se ahorran decenas de millones de dólares.

De color blanco, la llave exhibe las iniciales de la Singularity University, universidad no tradicional que nació hace seis años en el campus de la NASA, en pleno Silicon Valley, con el objetivo de empoderar a su comunidad de estudiantes con tecnologías exponenciales para resolver los grandes problemas de la humanidad. Y a fuerza de proyectos que se hacen realidad en sus laboratorios se ganó el calificativo de mayor faro de innovación y creatividad del mundo. Por allí ya pasaron 17 argentinos.
Si Finette o Nicholas Haan, director de Grandes Desafíos Globales y líder de Proyectos de Singularity, tienen que citar otros proyectos con impacto global que nacieron ahí, nombran a Matternet, empresa que utiliza drones para entregar suministros médicos a personas que quedaron aisladas tras un desastre, como un tsunami. O Modern Meadow, que cultiva carne in vitro y podría ayudar a resolver la falta de alimentos. O Miraculous, un proyecto que desarrolló un método para la detección temprana del cáncer sobre la base de una única gota de sangre.
Todos estos proyectos surgieron de la comunidad de estudiantes con el objetivo de buscar una solución a alguno de los ocho grandes desafíos de la humanidad: medio ambiente, alimentos, energía, seguridad, pobreza, educación, salud global y espacio. Ése es el espíritu de Singularity, una universidad que no entrega títulos ni tampoco los exige para estudiar allí: se ocupa de brindar a los alumnos las últimas tecnologías en los campos de la inteligencia artificial, biología sintética, computación, networking, nanotecnología o robótica, para que las startups que crean o para que las ideas que incuban se hagan realidad y tengan impacto global.
Además de Finette y Haan, llegaron a Buenos Aires para dar distintas charlas en encuentros como Innovatiba o Fiis otros dos profesores de Singularity: Rob Nail, socio fundador y actual CEO de la universidad, y Ramez Naam, del equipo de educadores en Energía, Medio Ambiente e Innovación. En Singularity, ya hubo casi 4000 estudiantes, entre ellos, 17 argentinos, como Santiago Bilinkis, Pablo Larguía o Leonardo Valente.
Para ser parte del programa ejecutivo se necesita, básicamente, poder pagarlo. Pero para el programa insignia de la universidad, que transcurre durante los veranos del hemisferio norte y del que participan 80 personas de todo el mundo, no se trata de dinero. "Buscamos personas que idealmente sean una combinación de tecnólogos con espíritu emprendedor y una escandalosa pasión por resolver los desafíos de la humanidad. Si vemos eso, encontraremos la financiación para ellos", dice Haan.
¿Cuál consideran hoy el reto más urgente? Haan muestra diversas posiciones al respecto: The Smalley Institute pensó en resolver el desafío que hiciera más fácil resolver los demás. Por eso se inclinaron por la energía. El Copenhagen Consensus hizo un análisis de costo-beneficio: si tenés recursos limitados, cuál te permite tener el mejor retorno. La respuesta fue terminar con el hambre y la desnutrición. ¿Y Haan? "Si hablamos de innovadores locales, deben estar motivados por desafíos que les interesen y tener pasión por ese cambio. Por eso, cuanto menos conectado con el problema esté el innovador, menos apasionado estará", dice.
Finette advierte entonces que cuando estás atrapado en la "máquina" y estás cómodo, es cuando tu espíritu emprendedor no se despierta. Que la cultura emprendedora no es sólo un signo de esta época, sino que es algo que llevamos en nuestros genes. Y para que esa energía creativa se pueda explotar al máximo, afirma que es necesario divertirse con lo que uno hace. Lo grafica con una historia que le contó su amigo Tom Chi, diseñador de Google Glass: "Cuando llegás a casa, y todo lo que querés hacer es prender la televisión, dejá tu trabajo. Si llegás a casa y te sentís bien, pensá en dejar tu trabajo. Si llegás a casa y aun cansado y agotado estás esperando despertarte en la mañana, o no podés esperar a que pase la noche, ahí estás en la posición correcta". Cinco días después de que le dijo eso, Tom renunció a Google.
Pero si siempre se dijo que las nuevas generaciones vendrían a cambiar el mundo, y eso aún no sucedió, ¿por qué creer que la generación Y va a poder hacerlo de una vez por todas? "Porque las tecnologías se democratizan cada vez más, son más accesibles físicamente y económicamente, porque la gente se conecta más y todo se acelera cada año. Hay más conciencia global de los desafíos y los problemas. Esa promesa de generaciones anteriores es más cierta que nunca -coinciden ambos-. Pero mejor que lo hagan rápido. Nuestros problemas son enormes y si no ponemos las prioridades en resolver estos desafíos más que en hacer plata estamos jugando un juego muy riesgoso." Aseguran que veremos esa revolución. Y que sus protagonistas serán emprendedores con empatía y responsabilidad global.

La gira por Buenos Aires
Por segundo año consecutivo, cuatro referentes de la Singularity University -Rob Nail, Ramez Naam, Pascal Finette y Nicholas Haan- llevarán sus charlas inspiradoras sobre tecnología, innovación y los grandes desafíos de la humanidad a Innovatiba, un evento organizado por el gobierno porteño que tendrá lugar hoy, de 9 a 18.30, en la Usina del Arte, con inscripción previa. Ayer, Rob Nail pasó también por el festival Fiis de innovación social que se llevó a cabo en el Auditorio de Buenos Aires.

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jueves, 30 de octubre de 2014

Estudiantes marplatenses en INNOVAR


Estudiantes de la FAUDI en INNOVAR
El proyecto “Dispositivo de identificación de envases para ciegos” de las estudiantes de diseño industrial Amalia AMBRES, Daiana VILLAVICENCIO, Ma. Aluminé CUNIBERTI y Camila SANTAMARÌA ha sido seleccionado para participar de la edición 2014 de la Feria INNOVAR en Tecnópolis. Además forma parte del grupo que puede acceder a la premiación dentro de la categoría Tecnología para la Discapacidad. Cabe mencionar que el proyecto fue seleccionado entre más de 1400 presentados.
El “Concurso Nacional de Innovaciones –INNOVAR-"  es organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en su décima edición INNOVAR 2014 y tiene por objetivos estimular y difundir los procesos de transferencia de conocimientos y tecnología, aplicados a productos y/o procesos que mejoren la calidad de vida de la sociedad y busca promover las innovaciones que permitan sustituir productos importados, regenerando la trama productiva del país.
Esta convocatoria contribuye a lograr que una idea original e innovadora se transforme en un producto que llegue al mercado, pasando por diferentes etapas: una primera etapa de presentación al concurso, una segunda etapa de evaluación según la viabilidad comercial, el grado de novedad, el desarrollo alcanzado de los proyectos y su impacto social, y una tercera etapa de visibilidad a través de la exposición y el catálogo de proyectos.
La exposición se desarrollará durante los días 10 a 13 de noviembre en TECNOPOLIS, Buenos Aires.




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martes, 28 de octubre de 2014

Nueva función de los museos

El "museo emotivo" convierte al público en la estrella

Lejos de la solemnidad, los centros de exposiciones buscan nuevas maneras de comprometer al visitante con las obras de arte o los hechos históricos; los recursos incluyen dispositivos multimedia y ambiciosas recreaciones.

Por Laura Ventura

El protagonista de "Axolotl", el cuento de Julio Cortázar, atravesaba una experiencia no sólo conmovedora, sino trascendental tras contemplar detrás del vidrio del acuario a los anfibios de origen mexicano. Este personaje podía comprender el pasado y la esencia de estos seres y, a su vez, la propia. Así, dos culturas y lenguas distantes dialogaban. A modo profético, el autor anticipaba una búsqueda que orientaría a los responsables de los museos y centros de exposiciones que apelan cada vez más a transformar al visitante, antes que a colmarlo de imágenes e información.
El denominado "museo emotivo" no se refiere a la institución en sí, sino a la estrategia que llevan a cabo en la actualidad muchos de estos centros. Así lo explica Américo Castilla, presidente de la Fundación Teoría y Práctica de las Artes (TyPA). "La emoción es un vehículo muy eficaz -como lo es en el cine, el teatro, la música o la literatura- al que puede recurrirse en el proceso de construir sentido por medio de sus exposiciones. Éstas son puestas en escena que pueden, o no, crear empatía con los visitantes [de distintas características, edades, géneros, capital cultural, clase social, etc.].

" Uno de los casos más emblemáticos y elogiados a nivel mundial de un "museo emotivo" es el que se experimenta en Liverpool, en el Museo Internacional de la Esclavitud. Inaugurado en 2007, el objetivo de los organizadores es poder narrar historias de personas que sufrieron la esclavitud para que el visitante pueda aprender de la historia y del presente de esta práctica. De este modo, los museos no son sólo un vehículo que transporta hacia al pasado, sino que conducen a sus visitantes a reflexionar sobre el presente. En la película Escritores de la libertad (2007), con Hilary Swank, una profesora de literatura busca -y logra- resolver el conflicto racial de su clase a través de una experiencia movilizadora: la visita al Museo de la Tolerancia, en Los Ángeles.



En el contexto argentino, Castilla destaca el Museo Regional de San José, en Entre Ríos, con su exposición permanente sobre la inmigración europea: "Los visitantes ingresan en la cubierta de un barco de vela, como lo hicieron los pioneros suizos que venían de los Alpes y se sorprenden con un paisaje de bosque litoraleño, el sonido de sus aves y el murmullo del agua del río Uruguay. El impacto emocional de ese encuentro inesperado facilita enormemente la comprensión y la participación en la experiencia que propone el museo en su transcurso".

De las musas al sujeto
Los museos nacen en la Antigua Grecia con el fin de adorar a las musas, de aquí su nombre, templos reservados para las elites del mundo helénico. Este concepto fue mutando con el transcurso de los siglos y estas colecciones privadas comenzaron a abrir sus puertas al público. En el imaginario popular, el concepto de estos sitios está vinculado a edificios en los que se acude a contemplar arte o fragmentos de la historia. Custodios de los objetos que fueron testigos de hechos e ideas clave de la humanidad, hoy son mecas y sitios de visita casi obligatoria de turistas y estudiantes. Hasta hace algunas décadas, el énfasis de los museos estaba puesto sobre estos objetos, como puede ser La mesa de los pecados capitales, de El Bosco, en el Museo Nacional del Prado de Madrid.
En el siglo XXI, existe una nueva orientación de índole participativa con una dirección hacia el "museo emotivo". David Fleming,director de los Museos Nacionales de Liverpool y líder de la institución Alianza de Museos por la Justicia Social, precisa sobre esta estrategia. "Creo que muchos museos,de modo efectivo, tienen como sujeto de interés a la gente y no a los objetos en sí, muchas veces considerados la esencia de éstos, algo que ocurre en el caso de los museos de arte.Sin embargo, para muchos otros museos, su corazón está en las historias de las personas y estas historias son, a menudo, emotivas. Este contenido atrae al público porque es más probable que sientan que el museo les pertenece a ellos antes que, y de modo distante, a un académico."

Fleming enumera varios ejemplos del "museo emotivo". Uno de ellos, que genera "enojo, pena y orgullo", es el Museo Conmemorativo Nacional 228, en Taipei [en homenaje a las víctimas de la masacre ocurrida durante la ocupación japonesa en 1947]. En Brasil, destaca el experto, se encuentran el Memorial de la Resistencia, el Museo Afro Brasil, el Museo de la Inmigración y el Museo del Fútbol. Además,señala que el Museo para la Democracia Internacional en Rosario, una iniciativa privada que tendrá como sede el Palacio Fuentes, será otro caso de un "museo emotivo".
Lejos de toda solemnidad, hace algunas semanas se realizó en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires el Museums Showoff, organizado por TyPA, donde personalidades de este campo compartieron sus experiencias.Uno de los oradores fue el curador Santiago Villanueva, quien explicó su proyecto, cada vez más convocante, llamado Bellos Jueves.El último jueves de cada mes, el Museo Nacional de Bellas Artes invita a un público radicalmente diferente del que suele frecuentar sus salas, con un menú que incluye, además de las muestras tradicionales, un menú con DJ en vivo, artistas plásticos y escritores. Así funciona también la Saga Instalación, que podrá verse el próximo jueves. Con Sebastián Carreras en programación, el grupo Entre Ríos propone desarmar el formato canción dentro de un espacio-instalación que persigue una experiencia de resignificación sonora y emotiva,otra manera de interacción con el oyente en las maneras de oír música grabada.
Este año se celebró la Conferencia Anual de la Asociación de Museos, en Cardiff, un encuentro convocado con la consigna "Los museos cambian la vida". Nada resulta tan eficaz como partir de un estímulo, a través de una experiencia movilizadora, para conducir al análisis. "La emoción es una impronta que abre los sentidos del espectador y lo dispone a la reflexión no sólo sobre lo que se exhibe, sino sobre sí mismo y su sociedad.Aun un experto puede sorprenderse frente a detonantes emotivos que disparan nuevas asociaciones y lo predispone para una aventura intelectual singular", explica Castilla.
"El desafío de los staff de los museos es el de dejar de actuar como si los museos fuesen desapasionados y considerar que, en cambio, son lugares donde está bien sentir emociones",sintetiza Fleming. Los museos cobran cada vez más un rol protagónico en las sociedades,lejos de la solemnidad con la que se los acostumbraba pensar. Muchos de ellos apuestan a susurrar, a abrazar y a sacudir a sus visitantes,e incluso, como en el cuento de Cortázar, a trasladarlos del otro lado de la vitrina: que no haya objeto más interesante de estudio y de contemplación que ellos mismos.


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