El yacaré disfruta de su mejor momento en la Gran Manzana
Mayer venció a Montañés 6-2, 3-0 y abandono y pasó a la 2a rueda del
Grand Slam sobre cemento. Siente que este año logró las metas y que todo
será ganancia. No quiere involucrarse en la designación del capitán de
la Davis.
Por José Luis Domínguez
Leo Mayer y su festejo tras el triunfo en el debut.
Foto: AP
NUEVA YORK.- Solamente 39 minutos necesitó el Yacaré Leonardo Mayer para meterse en la segunda rueda del Abierto de los Estados Unidos y llevarse el primer triunfo del certamen. Ése fue el tiempo que empleó para derrotar al español Albert Montañés por 6-2, 3-0 y retiro por lesión en la muñeca derecha, en un duelo breve, disputado bajo un calor muy intenso.
Más
allá del problema físico de su adversario, al correntino se lo vio muy
desenvuelto en su juego; quebró pronto y, en la medida en que sumaba
aciertos a los ángulos, ganó en confianza para tirar más y de manera
contundente, hasta que en el primer descanso del segundo parcial,
Montañés fue hasta su silla, lo saludó y se despidió.
En la
segunda rueda, el 23er preclasificado se encontrará con el australiano
Matthew Ebden, 94º del ranking; la misión, al margen de los pasos cortos
que da el correntino, es llegar al menos a la tercera etapa e igualar
su mejor desempeño sobre el cemento neoyorquino, ya que alcanzó esa
vuelta en 2012, cuando se despidió frente a Juan Martín del Potro
. Como el año pasado cayó en segunda, no tiene ya nada por defender y
mucho por sumar. Aunque el Yacaré se aferra rigurosamente al bajo
perfil, incluso dentro de este buen momento en el que los únicos
nubarrones son los malos resultados de Boca, su equipo preferido.
"Encima 3 a 0, qué papelón", se resigna sobre la caída contra Atlético
de Rafaela. Por eso, más vale cambiar de tema y pasar al tenis.
"Es la primera vez que se retira un rival en un Grand Slam, así que
es lindo avanzar porque uno no se cansa; no sé qué tenía él en la mano,
pero ya está. Yo estaba jugando bien, pegando muy duro, por eso marqué
la diferencia rápido. ¿El cuadro? Vi el partido que tengo que jugar
ahora y nada más; primero hay que ganar lo que viene, y después vemos.
Es que, en realidad, después da lo mismo, porque el rival siempre va a
ser difícil, pero ojalá pueda ganar y seguir en el nivel que tuve en
este primer partido, que es lo más importante", cuenta Mayer, en la
pequeña sala 3 de conferencias de Flushing Meadows.
El jugador
entrenado por Leo Alonso entiende que lo mejor es ir de a poco: "Acá, el
objetivo era ganar un partido; es un torneo en el que todo se hace
difícil, hace calor, los encuentros son parejos, y a mí me gusta ir
tranquilo. Lo que yo tenía como objetivo para el año ya está cumplido,
ahora lo que me queda es tratar de mantener este ranking, y nada más.
Quería bajar del puesto 50º, y mantenerme, y lo logré, por eso lo que
viene es de premio, pero con la idea de mejorar también. Más allá de que
ahora sea el mejor argentino -con Del Potro ausente- no cambia nada,
porque el adversario, el que tenga enfrente, siempre va a ser
complicado. Por ahí es distinto en cuanto a que uno no enfrenta ahora a
un preclasificado en primera, pero nada más. ¿Para el año que viene?
Falta mucho, Navidad, Año Nuevo? no sé qué va a pasar, todavía estamos
jugando acá. Ahora tengo que enfrentarme con Ebden, que sé que juega
agresivo y le gusta ir mucho a la red, pero no mucho más".
El
Yacaré sabe también que será el nombre principal del equipo argentino en
el duelo frente a Israel, dentro de poco más de dos semanas, en
Sunrise, nada menos que con la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis en juego. "Hablamos con Martín (Jaite)
y nos dijo que lo disfrutemos y tratemos de ganar, eso es todo.
Todavía no empecé a pensar en el partido, no es algo que uno analiza
ahora como cuando faltan tres o cuatro días. Para mí, es lo mismo ser el
single 1 o el 2, porque hay que ganar igual al que tengas enfrente, y
que para mí es más difícil que un ATP, porque son partidos especiales.
Pero no me cambia mucho ser el 1. En Suecia (en 2010), cuando jugué
contra Johansson, el primer single era yo, y jugué bien, tranquilo, y
también tenía que ganar porque si no nos quedábamos afuera, y no sentí
presión. Es un partido; si se gana, bien, y si no? hay que jugar otro
partido. Es lindo jugar la Davis, me gusta, pero es difícil, hay que
estar preparado mentalmente para jugarla".
Eso sí: Mayer descartó
de plano involucrarse en la sucesión de la capitanía de la Copa Davis,
aun cuando, por su ranking, bien podría tener derecho a que su palabra
sea tenida en cuenta por los dirigentes de la AAT. "No sé quién tiene
que ser el próximo capitán, no hablé con nadie y no me meto, que elijan
el que quieran; no es mi área. Si quieren, soy yo", y suelta la risa, a
sabiendas de que todavía tiene mucho por jugar, y que no hay nada más
lejano a su esencia que un puesto de tan elevada exposición como una
capitanía. Por eso disfruta esta realidad, en el mejor año de su
carrera.
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