Sindicalistas y empresarios se mostraron conformes con el acuerdo por el salario mínimo
Referentes gremiales y de las cámaras empresarias mostraron su conformidad con el acuerdo alcanzado el viernes por la noche para aumentar 25 por ciento el salario mínimo, vital y móvil, y llevarlo a 2.300 pesos, con impacto directo sobre unos 500 mil trabajadores.
El diputado nacional y jefe del gremio de Canillitas, Omar Plaini, calificó de "muy bueno" al acuerdo, que fue refrendado políticamente por la propia presidenta Cristina Fernández.
Plaini, uno de los dirigentes de confianza del líder de la CGT, Hugo Moyano, destacó que el ajuste será "en un solo pago y no por etapas".
En tanto, desde el lado empresario también mostraron satisfacción: el vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Daniel Funes de Rioja defendió el acuerdo y afirmó que en los últimos años en Argentina hubo "crecimiento con inclusión social".
"El crecimiento económico que tuvo la Argentina es indudable", destacó Funes de Rioja, quien subrayó que "ese crecimiento ha sido con empleo e inclusión social".
De todos modos, señaló que "eso no quiere decir que no haya una agenda de cara al futuro, no sólo por el contexto internacional sino por medidas que la Argentina tiene que tomar desde el punto de vista macroeconómico".
Al respecto, indicó que "es preciso tener una tasa de inversión acorde con esta voluntad de expansión y de crecimiento".
El dirigente industrial afirmó que "lo que nadie puede discutir es que tiene que haber un proyecto de continuidad en el crecimiento", pero puntualizó que "también debe haber claras ideas sobre cómo convertirlo en un desarrollo sostenido".
Al respecto, precisó que "el camino del crecimiento al desarrollo implica enfrentar la formalización del empleo, otorgar incentivos para ello".
A su criterio, "ninguna economía que lleva sobre sus espaldas un alto porcentaje de informalidad puede considerarse realizada".
Empresarios y sindicalistas admiten que el impacto directo del salario mínimo es marginal, ya que podría alcanzar a menos de 500.000 trabajadores y no habría que reabrir ninguna paritaria porque todos los convenios están por encima de esa cifra.
Y el salario mínimo, como marca la legislación laboral, no incluye a actividades con sueldos bajos porque cuentan con regímenes especiales, como el personal doméstico y el trabajo rural.
Además, el salario mínimo tiene efectos, como referencia, para los trabajadores que están en negro y para la fijación de los nuevos valores mínimos para el personal doméstico.
También como el salario mínimo se determina una vez concluidas la mayoría de las paritarias del año, el porcentaje que se acordara podría ser utilizado como piso de las paritarias de 2012.
Los sindicatos sostienen que en todo el mundo el salario mínimo equivale al 60% del promedio nacional de las remuneraciones privadas, lo cual arrojaría entre $ 2.500 y $ 3.800.
El 25% que se acordó, por otro lado, está en línea con la inflación anual estimada por los analistas privados, que prácticamente triplica la que mide el INDEC.
El Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil comenzó a funcionar un 26 de agosto de 2004, luego de once años de inactividad absoluta del organismo tripartito.
El salario mínimo fue fijado en 200 pesos el 22 de julio de 1993 por el ex presidente Carlos Menem y jamás mejorado hasta 2004.
El nuevo valor del mínimo representa una mejora del 25 por ciento, contrapuesta al 19 que ofrecían los empresarios.
Por la CGT participaron Moyano, Antonio Caló, Andrés Rodríguez, Jorge Lobais, Mario Manrique, Omar Viviani, Sergio Palazzo y Noé Ruiz y, por la CTA, Yasky, Carlos González, Pedro Wasiejko, Stella Maldonado y Marín.
En diez días, las partes debatirán alrededor de la actualización del salario por hijo para los trabajadores que perciben más de 4.800 pesos.
Por el sector empresarios estuvieron Funes de Rioja, Horacio Martínez, Carlos De la Vega y Jorge Bienati, de la CAME, entre otros.
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