Casi veinte mil mujeres marcharon por las calles de Posadas para el cierre del XXVII Encuentro de Mujeres. Algunas asperezas entre posturas políticas. Demostraciones frente a la Catedral.
Por Luciana Peker
Desde Posadas
“Aborto legal para no morir, anticonceptivos para no abortar” fue
una frase que se salió de los volantes, tomó cuerpo y los cuerpos de las
mujeres y se hizo voz y eco en el canto de las alrededor de 18 mil
mujeres que participaron de la larga marcha final –con más de cuatro
cuadras repletas de participantes– del XXVII Encuentro de Mujeres de
Posadas. “Alerta, alerta que camina, mujeres feministas por América
latina”, fue uno de los muchos cantos que también subían el tono. “Si el
Papa fuera mujer el aborto sería ley, basta de patriarcado y que nos
digan lo que hay que hacer, aborto libre y gratuito y que lo decida la
mujer.”
La mayor tensión de la marcha fue la convivencia entre diferentes
partidos de izquierdas –con posturas distintas entre ellos– y los
sectores kirchneristas. (...) Pero se pudo conservar la unión a favor de los
derechos de las mujeres. Las organizaciones que participaron fueron
muchas, entre ellas la “Mesa local por la no violencia hacia las
mujeres”, del Municipio de Lanús; el Consejo Municipal de Morón; Pan y
Rosas, del Partido Socialista de Trabajadores; el Partido Obrero; Las
Mariposas, de Villa París; UTE; la Universidad Nacional de Avellaneda;
La Cámpora Misiones; Nuevo Encuentro; Mumala; Todas con Cristina; La
Colectiva; Feministas en Resistencia; La Fulana y otras.
En ese sentido, si bien el Encuentro de Mujeres no fue bienvenido
por la Iglesia y hubo algunas integrantes que concurrieron a los
talleres para intentar imponer su postura, no se produjo la virulencia
de años anteriores. Por ejemplo, en Tucumán, en el 2009, no solamente se
realizaron actos de la Iglesia Católica y Evangélica contra el
Encuentro, sino que sus integrantes copaban los colegios en busca de
imponer la postura supuestamente Pro Vida. Al tiempo que, a la hora de
la marcha, una columna de fieles varones rezaba sin decir palabra
durante toda la marcha para amedrentar a las activistas.
En Posadas, en cambio, los vecinos se acercaban con curiosidad, con
mate o –debido al calor intenso que no bajó ni a la nochecita– tomando
helados o en mesas a la calle con cerveza guardada en hielo. Había
sorpresa y miles de cámaras y celulares mirando la marcha inédita de
mujeres. Sin embargo, no se vivió una sensación de tenso recelo hacia
las participantes.
El cordón de fieles sí se realizó frente a la Catedral, donde se
produjo un tetazo que duró hasta prácticamente las 22 y las lesbianas
con sus ya tradicionales besos entre ellas, en un desafío al poder
eclesiástico. La marcha se hizo manifestación y duró mucho más que un
simple recorrido. Pero también a la noche se realizó la peña del
festival con León Gieco como figura central en apoyo a la ex abogada de
Romina Tejerina, Mariana Vargas, que enfrenta en Jujuy un proceso
judicial en su contra.
Una de las postales más tristes de la geografía litoraleña fueron
varios niños en situación de calle, descalzos, festejando la calle
libre, pero mostrando una pobreza cruda de la tierra colorada; jugaban
con botellas que pateaban o agitaban, pero mostraban en sus pies
desnudos y su cuerpito, ajeno a tanto revoltijo, las necesidades de la
Argentina profunda.
Por otro lado, se vivió un incremento de las intervenciones
artísticas que redoblaron su apuesta. Las chicas iban pintadas, por
ejemplo, con un código de barras y el lema “no a la trata” para que las
jóvenes no sean tomadas como mercancía. O consignas como “Que tu hija no
sea prostituida y que tu hijo no sea prostituyente” y “El hombre nuevo
no va de putas”.
Seguramente no va a ser del agrado de los comerciantes. Pero también
fueron intervenidas distintas vidrieras. En una farmacia se pintó
“misoprostol” (el medicamento con el que se pueden realizar abortos
medicamentosos) cuando los carteles tenían un mensaje mucho más liviano
como “mamá, belleza y show”. Mientras que en una vidriera con sillones a
la vista de una mueblería se dejó el mensaje: “Revolución en las casas,
en las plazas y en las camas”. A una zapatería que convocaba a comprar
con la publicidad de “Madre hay una sola” le agregaron en aerosol “o
dos”, en relación a la co-maternidad.
El rally siguió frente a un local que dejaba ver vestidos de colores
y negros con brillos fucsias en donde los aerosoles desafiaron: “Esta
belleza miente”. No fue el único vidrio desblindado de la posibilidad de
marcar lo que, en general, producen las marcas. En una casa de carteras
naranjas, verdes o turquesas –con el sugestivo nombre de “Mironas”– las
protagonistas de las pintadas impusieron la frase “Tus modelos no nos
representan”.
Si el feminismo empezó con la quema de corpiños, en esta marcha se
pueden ver sin corpiño a varias de sus integrantes. Esta vez bajo el
grito de “pechos libres” se juntaron un varón con tres mujeres no sólo
para mostrar sus cuerpos, sino también que podía ser tan natural un
hombre en cuero como una mujer con sus pezones a la vista.
Pero las pintadas son la marca indeleble –indeseada para algunos,
una huella a seguir para otras– de la marcha que cierra el Encuentro de
Mujeres de Posadas. “Sin clientes estarían ellas”, dice un stencil que
muestra el rostro de Marita Verón, todavía desaparecida y secuestrada
por una red de trata en Tucumán.
Mientras que una de las columnas que era especialmente aplaudida por
vecinos y participantes fue la de mujeres originarias. Una de ellas
preguntaba “¿Qué queremos?” y todas respondían “territorio”. Mientras la
marcha pasaba, los autos y colectivos se detenían frente a una
convocatoria que parecía exceder las previsiones de una ciudad que no
esperaba un encuentro tan multitudinario. Sin embargo, no podía dejar de
verse –en una ciudad renovada desde su costanera hasta sus calles– cómo
titilaba un moderno semáforo con un hombrecito que corre para dar paso.
En este caso, no tenía razón. Las que marchaban eran mujeres. Y muchas.
http://www.pagina12.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario