La Pulga redondeó una de esas actuaciones que son tan habituales en Barcelona: hizo los tres goles en el triunfo 3 a 1 ante Suiza; funcionó bien la sociedad ofensiva con Agüero.
Por Alberto Cantore / Enviado especial
BERNA.- Por si alguien dudaba, cualquier cosa puede esperarse de él. Hay que observarlo siempre, no se le debe quitar la mirada ni descuidar por tan sólo un segundo, porque ése es el tiempo suficiente que necesita para realzar su imagen, para despertar y convertirse en la figura excluyente, en el jugador determinante de un encuentro vibrante o sin demasiadas luces. En un parpadeo, cuando ya nadie se ilusionaba con ver algo diferente en el magnífico Stade de Suisse, Lionel Messi ratificó que es el mejor futbolista del planeta, y que las genialidades a las que nos fue acostumbrando con la camiseta de Barcelona no tienen límites y que también son posibles con los colores de la Argentina. En un abrir y cerrar de ojos, en un puñado de minutos, enseñó que no entiende de cansancios, de férreas defensas, de viajes agotadores, de la extenuante competencia, de la maratón de partidos que lleva jugados desde que empezó su temporada, allá por agosto del año pasado. Frente a Suiza hizo ni más ni menos lo que suele hacer siempre: jugar en un alto nivel y marcar goles, aunque el éxito 3-1 signifique otro fotograma de una película que el rosarino jamás para de rodar.Siempre tiene a mano algo para sorprender, para dejar su huella, para romper el molde. Porque un tanto hastiado de elevar el listón de sus producciones en Barcelona, donde no se agota de batir records, Messi no se cansa de repetir que es el primero que desearía trasladar todos esos logros y mágicos momentos a la selección. Entonces, como para acallar a quienes gustan de las comparaciones o a aquellos que descreen que es feliz cuando se enfunda con la N°10 de la Argentina, se despachó con un hat-trick, es decir, con sus primeros tres goles en un mismo encuentro con la camiseta argentina. "Hace tiempo que esperaba un día así en la selección. En muchos partidos me costaba convertir, se me había negado el gol. Por suerte, esta vez, pude hacer tres, que son especiales porque es la primera vez. Pero, más allá de mi rendimiento, estoy feliz porque ganamos. Hay muchas cosas para mejorar, pero este es el camino", comentó con alegría en la zona mixta.
Y la felicidad de Messi es la satisfacción de sus compañeros, del cuerpo técnico, de los hinchas argentinos y también de los suizos, que no dejaron de aplaudir después que la voz del estadio indicaba que la Pulga terminaba de convertir un gol. Su socio en la cancha y compinche fuera de ella, Sergio Agüero, fue uno de los que no pudieron ocultar la descomunal tarea de su amigo. Afecto de las redes sociales, Kun escribió en Twitter: "¡Qué grande Lio! Primer hat-trick en la selección; si ayer decía que era un sueño entrenar con él, mucho más es jugar a su lado". La fórmula Messi-Agüero se buscó durante todo el partido, y producto de una jugada que armaron, después de un robo de pelota de José Sosa, llegó el primer tanto. En el segundo tiempo fue el Kun quien le quitó la pelota a Affolter para que Leo con una sutileza y en una definición fría dejara manoteando el aire al arquero Wölfli. Quedó a la vista que el entendimiento entre ellos es prácticamente natural, y algo de eso hay porque se conocen desde los seleccionados juveniles.
El humor le cambia al mejor del planeta cuando asoman las comparaciones, entonces antes de que pretendan entremezclar a Iniesta o a Xavi, sus compañeros de Barcelona, con el estilo de la selección, él fijó su posición, esa que viene sosteniendo en el tiempo. "Muchas veces dije que no hay que hacer comparaciones entre Barcelona y la selección. Acá, también tenemos grandísimos jugadores para ser protagonistas. Y no sólo Kun (Agüero). También, Pipa (Gonzalo Higuaín). Con ellos es muy fácil llevarse bien dentro del campo de juego y, además, fuera de él. Tenemos una muy buena relación todos", fue el abrupto corte que le dio a un tema viejo y que poco aporta.
¿Cambió en algo Messi o el equipo para que se produjera este hito? Sí, no debió retrasarse tanto, pero esa situación habría que dividirla en dos: cuando la pelota la tiene la Argentina o cuando hay que recuperarla, como explicó el técnico argentino. Y en quitarla cerca de la posición de Lio estuvo una de los méritos de la selección, porque eso no lo obligaba a retroceder en el terreno y llegar cansado o rodeado de adversarios al área, donde el N°10 es lacerante.
Hoy dejará esta ciudad Messi, contento por el deber cumplido, pero imaginando lo que sucederá dentro de casi tres meses, cuando la selección juegue por las eliminatorias con Ecuador. Llegará a Barcelona y lanzará un "todo bien" una de sus frases para dejar tranquilo a Pep Guardiola, después que Leo es parte con la selección de un partido correspondiente a una fecha FIFA.
Porque Messi es más fuerte de lo que parece, porque para jugar tanto como lo hace él hay que ser un roble en la parte física y tener claridad en la mente para poder decidir sin tiempo y sin espacio qué genialidad hacer con la pelota. Algo de lo que hizo anoche, con un par de joyas y un penal reconquistó a aquellos que le perdieron el respeto, aunque nunca faltará el que no quiera ver la realidad y considere que la virtud fue que el rival de turno fue Suiza, un equipo que no es considerado una potencia futbolística y que ni tan siquiera se clasificó para la próxima Eurocopa. Porque para encontrar defectos, para los argentinos siempre está como ejemplo la figura de Messi, el que no se cansa de romper los moldes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario