viernes, 29 de marzo de 2019

No sólo un buen jugador

Emoción y un discurso inolvidable: así fue la ceremonia del retiro de la camiseta N°20 de Manu Ginóbili en San Antonio Spurs

El bahiense vivió una noche especial en el AT&T Center: fue homenajeado luego de la victoria de los texanos ante Cleveland Cavaliers.

El AT&T Center vibra con el retiro de la casaca de Manu @Foto: spurs)El AT&T Center vibra con el retiro de la casaca de Manu @Foto: spurs

No fue una noche más para Manu Ginóbili y el deporte argentino. San Antonio Spurs venció 116 a 110 a Cleveland Cavaliers en el AT&T Center, pero el resultado resultó una anécdota: desde la previa se vivió una jornada histórica. El conjunto texano le rindió homenaje al bahiense, uno de los basquetbolistas más emblemáticos de la franquicia. San Antonio retiró su mítica camiseta número 20, la misma que lució durante 16 temporadas y con la que cosechó cuatro anillos de la NBA.
El homenaje comenzó con el himno argentino. Fue la primera vez que sonó la canción patria de Argentina en un encuentro de la liga de básquet más competitiva del mundo. Luego, llegó el turno del himno de los Estados Unidos, entonado por el dúo country de Austin Bruce Robison y Kelly Willis. Desde muy temprano, las tribunas se poblaron de fanáticos con las camisetas de Manu, banderas y hasta caretas gigantes.

Todos los fanáticos que asistieron al encuentro recibieron una gorra y un cartel reversible para conmemorar a Manu Ginóbili y tuvieron la oportunidad de tomarse fotos con una réplica de la camiseta número 20 retirada, así como también con fotos de sus 16 años de carrera en San Antonio. También hubo una exhibición en 3D y estuvieron disponibles los trofeos de los cuatro campeonatos de la NBA que logró a lo largo de su carrera (2003, 2005, 2007 y 2014).
Un detalle que prueba que San Antonio se enfocó en todos los detalles para homenajear a la leyenda: los organizadores dejaron en cada asiento un paquete de pañuelos, previendo la emoción. Manu recién se mostró visible para el público en el tercer cuarto, cuando recibió el aplauso de los presentes y se ubicó junto a la dirigencia de los Spurs. Eligió una camisa blanca y un saco gris  a cuadros para la ocasión.

En el entretiempo, siete integrantes de la Generación Dorada contaron anécdotas sobre la carrera de Ginóbili con el periodista Adrián Paenza como moderador.  Alejandro Montecchia, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Pablo Prigioni, Pepe Sánchez, Luis Scola y Gabriel Fernández fueron los encargados de representar a la Selección, que obtuvo la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la de bronce en Beijing 2008, además de haber llegado a la final en el Mundial de 2002.
Así, por ejemplo, Fabricio Oberto (también campeón en San Antonio) contó cómo lo ayudó Ginóbili cuando le detectaron un problema cardíaco, que lo obligó a alejarse momentáneamente de la actividad. "Cuando me tocó ir un cardiólogo, lo primero que pensé fue en llevar a Manu conmigo, porque sabía que después de la segunda pregunta, me iba a quedar sin preguntas, ¿y quién iba a hacer 15 preguntas? Él. Habló más él con el médico que yo. Soy un agradecido de Manu", dijo, ante la ovación del público.

Luis Scola narró cuando el bahiense se apiadó del ex Ferro tras haber perdido una subasta especial. "Fuimos a la gala a beneficio de su fundación y se subastaba la camiseta que había usado en el All Star. Empecé a pujar mano a mano con otra persona, el precio se había ido alto, y Manu la cortó se lo dio a la otra persona. Me quedé mal, porque quería la camiseta. Dos semanas después me dio una copia".

Alejandro Montecchia bajó a Manu al llano y reveló cuál es su kryptonita: un cortaplumas. "La gente cree que Manu, con esas manos capaces de dar asistencias milimétricas o de agarrar un murciélago volando, es perfecto; pero no es así. Un día, cuando estábamos en Italia, me pide un cortaplumas. Le digo: 'Mirá que es filoso'. Lo agarra y… Se corta el dedo, a los 10 días me lo vuelve a pedir. Le digo: 'Manu, cuidado'. Pero otra vez se cortó y quedó sangrando. Al tiempo me lo volvió a pedir, pero le dije 'no, Manu, te vas a cortar el dedo'", concluyó, divertido.

Pablo Prigioni ofreció una pastilla de la personalidad del escolta. "Manu lideraba de muchas maneras. Hablando, o dando el ejemplo. En un entrenamiento previo a un torneo con la Selección, empezaba la práctica, y Nocioni y Delfino se tenían que pasar la pelota, pero no se entendían y empezaron a pelearse. Se trasladó el enojo al siguiente ejercicio. Manu se cansó y dijo: 'Esto se termina acá, se callan los dos y basta'. Hubo un silencio terrible, ellos agacharon la cabeza. Eso marca el respeto que le teníamos".

Andrés Nocioni fue el encargado de aportar la cuota de humor. "Ustedes lo quieren a Manu porque no lo conocen y no saben cómo se comporta en la habitación. Es un desordenado total, me hizo la vida imposible en Río (Juegos Olímpicos 2016); lo quieren porque no lo tuvieron en la habitación".

Pepe Sánchez y Gabriel Fernández compartieron historia. Y confesaron el apodo oculto que le pusieron a Ginóbili: "el elegido". De hecho, el ex base reveló que Manu se enteró en el mismísimo ATT Center. "En uno de los tantos vuelos, el avión se empieza a mover, turbulencia, se mueve cada vez más. Había miedo, estábamos asustados. En ese momento lo miro a Pepe y le digo: 'Esto se cae'. Y él me dice: 'No Gaby, tranquilo, está Manu en el avión'", detalló Fernández. Sánchez completó: "En la cancha, cuando no sabíamos adónde ir, nos mirábamos y decíamos: 'Está Manu'".
Paenza cerró la mesa redonda con una conclusión que arrancó aplausos del auditorio: "Argentina ha incorporado dos ciudades: Nápoles por Maradona y Barcelona por Messi. Ahora suma a San Antonio, por Manu Ginóbili. Gracias".

Sobre el epílogo del encuentro, Manu se ubicó junto a  Tim Duncan y Tony Parker: el "Big Three", otra vez juntos. El homenaje a Ginóbili no podía no terminar en victoria. Hubo una acción clave: el triple de Patty Mills que generó que San Antonio pudiera sacar una luz de 4 puntos sobre Cleveland. El ex escolta, de 41 años, aplaudió de pie a su ex compañero.

"Listos para la gran noche de Manu", escribió el francés en su cuenta de Instagram, con una selfie que hizo furor en las redes sociales.
Alrededor de 20 minutos después de finalizado el partido, sobre el parquet se alinearon en V 12 sillas y aparecieron los trofeos de los cuatro títulos de la NBA. Se apagaron las luces y comenzó un video-homenaje, con el "olé, olé, olé, olé, Manuuu, Manuuu", de fondo. De un lado se sentaron Sean Elliott, Gregg Popovich, Tony Parker, Fabricio Oberto, Tum Duncan. Del otro, Manu, Manny (Marianela Oroño), su esposa, y sus hijos (Nicola, Dante y Luca).
Elliott ofició de presentador, saludó en inglés y en español ("hola, argentinos") y presentó a Ginóbili como "uno de los mejores jugadores de todos los tiempos".
"Todos fuimos testigos de su grandeza, de su intensidad. Ganó la medalla de oro olímpica y no sé si saben que ganó cuatro anillos de la NBA. Fue el Lionel Messi del básquetbol, un mago", continuó bañándolo en elogios.


Elliott le dio paso a Tony Parker, que dijo que Manu "se merece esta noche". Y se destapó con una broma que sorprendió al público. "Sé que en Argentina muchos decían que no le pasaba la pelota, pero nunca tuvimos un problema. En tal caso era una orden del coach o había que pasársela a Duncan", dijo.
"Yo no me hubiera convertido en el jugador en el que me convertí, si no hubiera estado al lado tuyo, si no me hubieras enseñado a competir. ¿Cuántas superestrellas salen desde la banca? Tu humildad siempre nos sirvió de inspiración. Fue un honor jugar contigo", conmovió Parker.

Luego llegó el turno de Fabricio Oberto, quien contó un momento especial. "El año pasado recibí una semana telefónica suya a las 10 de la mañana. Y terminamos llorando, porque me comunicó que se iba a retirar", narró.
"Me ganas en todo, en el tenis de mesa, las cartas… Es muy difícil ser tu amigo", bromeó el ex pivote de la Selección. "Puedes tomarte las cosas con calma, puedes disfrutar con la familia, gracias por hacerme mejor, gracias por hacernos mejor", cerró Oberto. Manu se paró y lo abrazó.

"Le dije a Duncan, tenemos un jugador que viene, se ha hecho un buen trabajo encontrando este chico, tiene unas condiciones espectaculares, puede jugar. Manu llegó. Tenía lesión en el tobillo, no podía hacer mucho, recibimos a la mitad del jugador. Pero cuando regresó, en una semana, Duncan me dijo, ¿y éste quién es?", repitió Gregg Popovich una anécdota que ya se hizo famosa.
"La Selección que ganó el oro olímpico fue uno de los equipos que mejor vi jugar en mi vida. Y yo era asistente en Estados Unidos, puedo hablar de ello", homenajeó Pop a la Generación Dorada.
"Manu es un ganador, aprendí a callarme y a disfrutar un rebote o un triple. En el equipo que teníamos uno se complementaba con el otro, si no hubiese sido así, no ganábamos los torneos. Y nada hubiese sucedido sin Manu. La decisión más importante en la historia de la franquicia fue cuando él aceptó ser suplente. Lo que más le importa, lo que más lo motiva, son esas 4 personas", señaló el entrenador a su esposa y sus tres hijos.

El último en hablar fue Tim Duncan. Reveló que, por el desconocimiento, le decían "Nanu". Y Timmy D brilló en el micrófono: "Año tras año me divertí contigo, con jugar a tu lado, ver la desesperación de Popovich y quejarse y convencerse de que estabas haciendo las cosas bien. Eras un visionario, veías las cosas antes de que sucedieran".

EL DISCURSO DEL REY
Posteriormente llegó el momento del discurso de Manu, de a ratos en inglés, en otros en español. A la hora de hablarle a la familia, la voz se quebró, pero como cuando jugaba, siguió adelante.
"Mis expectativas pasaban por hacer una buena carrera en Europa, quizás, con el equipo nacional, pero en un abrir y cerrar de ojos, terminó mi carrera, gané campeonatos y tengo a estas leyendas a mi lado, que admiro. Me gustaría darles un apretón de manos a cada uno de ustedes", inició su alocución.
"He sido muy afortunado. Quiero reconocer a los que me acompañaron en Argentina, muchas personas me guiaron. Nací en una ciudad que vive el básquet de una manera especial, nací en una familia que también respiraba básquet, uno no elige donde nace. Conocí a una hermosa, inteligente mujer a los 20 años, y me enamoré de ella. Y tuve suerte de que ella se enamorara de mí", comenzó con la ronda de agradecimientos.
Ginóbili cambió el idioma y pasó al español con el fin de agradecerles a los aficionados argentinos. "Por ahí pueden pensar que no influyeron tanto en mi carrera porque la mayoría fue lejos de casa. Pero estando lejos sabía de los esfuerzos para ver los partidos, el hecho quedarse hasta las 3 de la mañana para ver los partidos cuando al otro día sonaba temprano el despertador; los gritos al televisor, los saltos en los sillones. Eso también me llegaba. Agradezco a los que están acá, que son muchos. Y a los que están en casa", señaló.


La emoción comenzó a aflorar cuando se refirió a sus compañeros de equipo. "Tony (Parker), Tim (Duncan), ¿fueron 1.000 juegos? Con una mirada sabíamos qué íbamos a hacer. Estoy muy orgulloso de haberlos conocido. y haber jugado con ustedes. Mis favoritos, Patty (Mills), Thiago (Splitter), Boris Diaw. A los 40 años era difícil dejar mi casa, y ustedes se encargaron de mí", resaltó a dos generaciones, el "Big Three" y los que lo respaldaron en su etapa de veterano, tras el retiro de Duncan.
"Pop: eres inteligente, generoso, sensible, pero de carácter fuerte. Aprecio lo que hiciste por mí y mi familia. Lo que aprendí de tí es más importante que el básquet y eso es invalorable", subrayó sobre el coach, quien se golpeó el pecho en agradecimiento.
Y si estuvo ensayando el eurostep, su jugada característica, para evitar las lágrimas, cuando enfocó su discurso en sus seres queridos (otra vez en español), ya no tuvo empacho en hablar con la voz quebrada.
"Papá y mamá, dónde estén. Gracias. Mejor que nos los pueda mirar a los ojos. Gracias por darnos todo lo que necesitábamos, aunque a mamá mucho no le gustó al principio porque querías un doctor, contador o abogado, pero me diste la libertad siempre. Papá, fanático del básquet, jamás interferiste en nada, pero siempre te sentí al lado cuando te necesité, eso vale más que cualquier consejo", hizo una pausa, tomó aire para no llorar.
"Ustedes tres (señala a sus hijos), no sé si entienden algo de lo que está pasando acá. Quiero que sepan que no estoy triste, estoy muy contento, esto es algo muy especial, y si por momentos lloro un poquito, es siempre por felicidad. Y lo que hacemos con mamá es siempre por el bien de ustedes. Los quiero. Se los digo siempre y se los voy a seguir diciendo hasta los 28 más o menos", continuó con Dante, Nicola y Luca.
"¿Y ahora? A vos (se dirigió a su esposa Marianela "Manny" Oroño), tendría que durar dos o tres horas el evento para agradecerte. Gracias por aguantar mis obsesiones por veintipico de años. Que la siesta tiene que ser a esta hora, que el silencio tiene que ser total, que no puedo salir porque juego mañana. Gracias por ayudarme a que todo esto sea más fácil y que sólo tenga que pensar en jugar. Gracias por bancarte veranos y veranos, que tenían que ser un momento familiar en la playa, permitiéndome que fuera con los chicos a jugar a Londres, Japón, China, Mar del Plata. Gracias porque sé que te robé un montón de tiempo. Gracias por tu compañía, amistad, por hacerme quien soy. Gracias por tantas veces relegar tanto de vos para ponerme como prioridad a mí y a tus hijos. Voy a estar en deuda para siempre y calculo que tengo 40 ó 50 años para retribuirte", provocó la explosión del público. Y la visible emoción de Manny.

"Tuiteé hace un par de meses que era mi retiro, fue un gran viaje. Gracias a todos, seriamente. A los que están acá y a los que no. Gracias", cerró su participación. Y allí la camiseta N° 20 quedó descubierta. Un momento histórico para el deporte argentino.
Manu se transformó en el noveno jugador de los Spurs en lograr la distinción del retiro de la camiseta -el último había sido Tim Duncan-. Se sumó también al selecto grupo de las casi 200 camisetas retiradas en las 30 franquicias de la liga más poderosa del planeta.

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