TOKIO.- Nadia Podoroska no había
nacido cuando Gabriela Sabatini e Inés Gorrochategui llegaron hasta los
octavos de final de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Por entonces,
Monica Seles y Mary Joe Fernández, respectivamente, le pusieron un freno
a las ilusiones argentinas en tercera rueda. El tiempo pasa: 25
años después, la chica rosarina que soñaba con jugar un torneo olímpico
vuelve a plantar la bandera argentina en esta parte del cuadro. En un partido en el que mostró parte de su mejor repertorio, Podoroska venció 6-1 y 6-3 a Ekaterina Aleksandrova
y sigue en carrera en un Ariake Tennis Park que por unas horas se
olvidó del calor extremo y recibió a las nubes como una bendición. Eso
sí, a la espera de saber cuál será el impacto del tifón Nepartak sobre
la programación del certamen.En un duelo al que llegaba con historial negativo (dos derrotas en dos partidos), hizo todo lo que dicta su manual de estilo: defendió
con uñas y dientes cuando tuvo que defender, metió pelotas profundas y
punzantes cuando tenía que lastimar y hasta se dio la oportunidad de
ganar puntos con sutilezas. Tomó nota de todo lo que tenía diagramado en
su plan de juego. “Ella empezó un poco errática, yo defendí,
jugué profundo y logré sacarla de su comodidad. La había enfrentado y no
le podía ganar, siempre me hacía jugar incómoda con sus cambios rápidos
de direcciones. Pero la idea era molestarla, que pegue en movimiento
con pocos apoyos. Y lo logré. ¿Si fue lo mejor que hice en el año? No lo
sé, pero sí que cerré un muy buen partido”, confesó Podoroska, en
diálogo con LA NACION.
Se siente cómoda. Aleksandrova
fue un buen paso hacia adelante tras un debut con algunos nervios e
imprecisiones. Una necesaria dosis de confianza de cara al duelo de
octavos de final por el que espera por la española Paula Badosa,
que dio el gran golpe de la jornada: eliminó a la polaca Iga Swiatek,
aquella que frenó las ilusiones de la argentina en Roland Garros 2020.
“Paula viene creciendo en su juego y está en un muy buen nivel”, valoró
Podoroska. Aunque avisó: “Yo también estoy en el mejor momento de mi
carrera”.
El camino de Podoroska en
Tokio empezó con triunfo ante Yulia Putintseva, que decidió retirarse
por problemas físicos cuando estaba recuperando terreno. Con un 7-6 en
el primer set, y 1-3 en el segundo, la rosarina no había mostrado su
mejor versión. Aunque el triunfo sí le sirvió de desahogo para encarar
el resto de la semana -esperaba un duelo muy largo en tiempo, y
finalmente todo se le facilitó tras el abandono-. “La Peque” es una de
las dos raquetas de nuestro país que sigue en carrera en los Juegos.
Diego Schwartzman, octavo favorito, se presentará mañana ante el checo
Tomas Machac, por segunda rueda.
En su historia, el tenis argentino acumula cinco medallas olímpicas, dos
de ellas ganadas por Juan Martín Del Potro en las pasadas ediciones:
Londres 2012 (bronce) y Río de Janeiro 2016 (plata). Las restantes
fueron de Gabriela Sabatini (plata, Seúl ’88), Javier Frana-Christian
Miniussi (bronce, Barcelona ’92) y Paola Suárez-Patricia Tarabini
(bronce, Atenas 2004). En la rama femenina, Suárez y Tarabini habían
logrado buenos resultados en dobles. Pero en individuales la sequía en
octavos ya había cumplido un cuarto de siglo. Hasta este sólido
éxito de Podoroska. La misma que se mueve por el complejo tokiota con su
habitual sonrisa, pero con la cabeza fría para ejecutar lo que dictan
sus apuntes. A la que se le eriza la piel cuando escucha el dato de “Gabriela e Inés”. Tokio la empuja a seguir dando pelea para cumplir los sueños de aquella niña rosarina que miraba los Juegos por TV.
No hay comentarios:
Publicar un comentario