Messi bate todos los récords al ser elegido por quinta ocasión el mejor futbolista del año, por delante de Cristiano, segundo, y Neymar, tercero.
Messi recibe el Balón de oro. / VALERIANO DI DOMENICO (EFE)
Leo Messi recibió el quinto Balón de Oro de su carrera, que le señala como el mejor jugador del mundo en 2015. De los 165 votos emitidos, el 41, 33% fue para honrar el año del argentino. Cristiano Ronaldo quedó segundo con un 27,76% y Neymar, tercero con un 7,86%. Del Bosque votó a Messi y Casillas, el capitán de la selección española, no emitió su voto al parecer porque no recibió el formulario.
Faltaban siete minutos para las ocho de la tarde cuando Kaká leyó el nombre del ganador. Vestido de esmoquin, mucho más clásico que en anteriores ocasiones, Messi subió sonriente al escenario y aparentemente más relajado. Fue escueto en su parlamento. “Los nervios y la emoción, me cuesta hablar para tanta gente”, se justificó. Ante una platea que le ovacionó con ganas, Messi se arrancó: “Es un momento muy especial para mí conseguir otra vez este Balón de Oro, después de dos años viendo como lo ganaba Cristiano Ronaldo. Es increíble que sea el quinto, es mucho más de lo que imaginaba cuando era chiquito”. Acto seguido, llegó el momento de dar las gracias: “Quiero agradecer a los que me votaron, a mis compañeros, porque como dije siempre, sin ellos esto no sería posible”. Y por último, añadió: “Y quiero dar las gracias al fútbol en general por lo que me hizo vivir, por lo bueno y lo malo, porque me hizo crecer”.Cerró el 10: “Nada, buenas noche y gracias”. Desde la platea del Congress Hall, su hijo Thiago, con pajarita, vivió por vez primera la ceremonia en brazos de la abuela Celia, y le saludó sonriente. A su lado, Antonella, sonreía emocionada, vestida elegantemente por Rosa Clarà. Messi también se acordó de Luis Suárez antes de abandonar la gala —“creo que se merecía estar aquí. Ha sido muy importante para los éxitos del Barcelona este año”, dijo— y de todos los aficionados del mundo que le apoyan.
La gala, que por vez primera no estuvo presidida por Joseph Blatter, tuvo un marcado color azulgrana, porque además del premio a Luis Enrique como el mejor entrenador del año, cuatro jugadores (el propio Messi, Neymar, Iniesta y Alves) fueron incluidos en el once del año, en el que el Real Madrid estuvo representado por Cristiano Ronaldo, Ramos, Marcelo y Modric. “Es un orgullo para nosotros ver una representación tan grande de nuestro campeonato”, dijo el presidente de Liga, Javier Tebas, que estuvo presente por vez primera en la ceremonia, invitado por Ángel María Villar, presidente de la Federación Española.
Messi reconoció que el año no fue fácil para él, porque se pasó dos meses lesionado en los que veía jugar a sus compañeros desde la grada y a su selección por la televisión. “Fueron momentos duros en los que me dediqué a recuperarme y a disfrutar de la familia, porque no siempre puedo, ya que viajamos mucho y no tengo mucha ocasión de estar con ellos”. Aclaró entre bromas que no había reservado en casa un espacio para su quinto Balón de Oro y bromeó: “Tranquilos, encontraré rápido un sitio donde guardarlo”.
El argentino Carlos Salvador Bilardo entregó a Robert Fernández, secretario técnico del Barcelona, el premio que reconoció a Luis Enrique como el mejor entrenador del año, ausente en la Gala. “Tiene un partido muy importante de Copa y es muy profesional”, disculpó a Luis Enrique su presidente, Josep María Bartomeu, que sí acudió al acto. El tercero de los candidatos, el argentino Jorge Luis Sampaoli, seleccionador nacional de Chile, presente en Zurich, bromeó por la mañana al respecto: "Igual me lo dan a mí por haber venido".
Eto’o, otro jugador con pasado azulgrana, fue el encargado de entregar los premios a los integrantes del equipo del año de la FIFA, selección realizada a través de una votación popular. Uno tras otro subieron al escenario: Breitner, que lo recogió en nombre del portero Neuer, Alves, Thiago Silva, Ramos, Marcelo, Iniesta, Modric, Pogba, Neymar, Messi y Cristiano Ronaldo. “Ante un equipo así me quedaría callado”, advirtió Van Basten cuando le preguntaron qué les diría en un vestuario, ahora que es entrenador. “Solo les diría que disfrutaran”.
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