jueves, 12 de noviembre de 2015

Centro Cultural de la Ciencia

Una muestra para divertirse y aprender

Al estilo Tecnópolis, aunque más concentrado, el espacio inaugurado el viernes por la Presidenta propone una serie de actividades interactivas con eje en los conceptos de azar, información y tiempo. El museo estará abierto para escuelas y público en general.

Desde ahora, los visitantes (o pilotos como se los llama en el lugar) del Centro Cultural de la Ciencia (C3) podrán –entre otras experiencias– tener una noción de lo que es un millón, comprender el calendario cósmico del físico Carl Sagan, según el cual si el universo se posicionara en un calendario la humanidad entera entraría en escena a la noche del 31 de diciembre, y podrán decodificar el lenguaje de las abejas. El C3, ubicado en el Polo Científico Tecnológico e inaugurado el viernes pasado por la presidenta Cristina Kirchner, abrirá sus puertas para las excursiones escolares a partir del miércoles 18. Para el público en general la apertura será los fines de semana desde el sábado 21. En el edificio se ubica el museo interactivo denominado Lugar a Dudas, donde el piloto podrá adentrarse en los conceptos del azar, la información y el tiempo.
El visitante de Lugar a Dudas empezará por “tiempo”, un lugar al que se ingresa a través de un portal decorado con engranajes como los de un reloj. El tiempo y la información se funden en un mismo espacio en tanto que la sala del azar está apartada. “Tiempo” se subdivide en tres partes. En el área de percepción, el visitante podrá notar que la noción del tiempo es relativa. Diferentes actividades como el simulacro de un viaje en tren, o una experiencia de realidad virtual ponen en duda si el tiempo percibido por el visitante es el tiempo efectivamente vivido.
La parte de física del tiempo cuenta con una serie de juegos en los que se puede hacer animaciones en stop motion y conocer el funcionamiento de formas antiguas de medición como los relojes de arena o de péndulo.
También hay un área de tiempo cronológico: en ella se busca ubicar en la mente del espectador el tiempo que ocupa la humanidad desde el principio del universo mediante una torre que grafica el calendario cósmico del físico Carl Sagan.
“Información” es un espacio dividido entre lo físico-matemático, donde entre otras actividades es posible componer una obra musical a través de un código informático, y lo biológico, lugar en el que se aprende sobre el funcionamiento de la información en la vida natural con ejemplos como el código ensamble de las abejas, que el piloto “baila” guiado por una pantalla.
“Azar” es una sala ambientada como una kermesse en la que se alojan entre otros elementos un millón de dados repartidos “para que el visitante logre alcanzar una noción del número un millón”. La sala está dividida en áreas. Una de ellas es “probabilidades” en la que el piloto juega al popular juego “piedra, papel o tijera” y desentraña su carácter estratégico. En el área de “estimaciones”, una moto colgante llama la atención del piloto y lo desafía a adivinar su peso. Por último, en la zona del “caos”, un vals de 16 compases de Mozart con sus millones de combinaciones posibles permiten al espectador sentirse un compositor original.
Los principales impulsores del área fueron el biólogo e investigador principal del Conicet Diego Golombek, responsable de contenidos científicos del espacio interactivo Lugar a Dudas y la física Vera Brudny, quien además se desempeña como coordinadora del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT).
“El Centro venía propuesto por el ministro Lino Barañao desde el inicio del Polo, en su segundo pliego. Se habló mucho de que el lugar iba a contar con las partes de investigación (Conicet), administración (oficinas) y una pata de divulgación”, explicó Golombek a Página/12. El C3 es un área pensada para hacer esto último. Con una mirada didáctica e interactiva de la ciencia, el museo busca alcanzar “a un público general como sucede en Tecnópolis, pero priorizando al público escolar. Lo que intentamos hacer es dar múltiples niveles de lectura y que todos lo pasen bien, pero el público destinatario es que vengan los adolescentes y lo pasen bien, lo cual no es fácil”, agregó el científico.
Desde el miércoles de la semana próxima comenzarán a asistir las escuelas y desde el sábado 21 se abrirá al público de 13 a 19.30 los fines de semana. La propuesta inicial es que en las vacaciones de verano se abra permanentemente al público en general. El C3 está ubicado en Godoy Cruz 2320.
“Cuando empezamos a pensar el museo con Vera (Brudny), el arquitecto Gabriel Díaz y el ministro Barañao, decidimos hacerlo todo con diseñadores y contenidos propios pensados con productoras, asesores y científicos locales. No quisimos un museo de ciencia hecho a imagen y semejanza de los principales del mundo”, expresó Golombek.
“Tampoco queríamos hacer salas por disciplina como suele pasar en estos grandes museos. Cuando empezamos decidimos hacer todo el trabajo desde una filosofía totalmente diferente, pensar en conceptos generales que atraviesen todas las ciencias”, agregó el científico.
“El tiempo, la información y el azar son temas que atraviesan todo. Decidimos que también queríamos participación de artistas y por eso las entradas a las salas son de características escenográficas en tanto que la estética interna está pensada de forma artística”, expresó el biólogo. “Gabriel Díaz es arquitecto y escenógrafo y es quien coordinó todo el diseño de las salas en conjunto con un gran equipo”, agregó.
En el museo, los guías se llaman copilotos “porque están si se los necesita, se piensa en el visitante como un piloto en el museo. Por eso recorrés y el copiloto te ayuda pero sólo si lo pedís”, expresó Golombek al tiempo que señaló que la idea es que el lugar de los “copilotos lo ocupen estudiantes de todas las carreras de ciencias en calidad de pasantes”.
En diálogo con este diario, Vera Brudny explicó que el “programa reúne todas las actividades de comunicación y popularización de la ciencia que hace el Ministerio”. Entre las más destacadas están el museo de las ciencias para el público general y Tecnópolis.
Además, se incorporaron “diferentes especialistas, diseñadores, escenógrafos y ahora, ante la inminente llegada de escuelas, hay profesionales de la educación física, recreólogos, todos ellos abocados a que se trate de una experiencia integral desde las emociones y el involucramiento físico”, amplió la coordinadora.

Informe: María Fernanda Rezzano.

http://www.pagina12.com.ar 

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