Con un concierto, los niños celebran y piden por sus derechos
"Si el niño está ocupado con actividades artísticas, va
a ser mejor persona y va a desarrollar mejor sus capacidades
intelectuales. La música es parte de una educación integral y es una
apuesta a la paz”, de esta manera define Hadrián Ávila Arzuza, director
de la Orquesta Sinfónica de Córdoba, lo que representan las orquestas
infantiles y lo que supone un instrumento en manos de los niños.
Ávila Arzuza es un colombiano que desde hace un año y medio está
encargado, también, de la práctica de la Orquesta Escuela Mediterránea
de Córdoba, que nació por iniciativa de la Fundación Pro Arte Córdoba,
con el apoyo de Kolektor, y que ayer realizaba el último ensayo en la
escuela Manuel Esteban Pizarro, de barrio Las Palmas, antes de la
presentación del jueves, a las 10, en el teatro Real.
“Es una especie de master class , con violines y violas. Algo de clase, algo de ensayo”, explica, mientras suena Oda a la alegría , de Beethoven.
Unos 220 niños, de 8 a 13 años de 10 escuelas públicas de la ciudad
de Córdoba y de Unquillo ofrecerán el concierto, organizado por la
Defensoría del Niño, en homenaje al 26° aniversario de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño.
“Es fundamental que le demos a la infancia la importancia que se
merece, que le prestemos atención a la educación que se imparte tanto
desde la familia como desde la escuela”, plantea el director de la
orquesta.
La idea del concierto es que los niños le muestren a otros niños que
la música es una alternativa de vida y de esparcimiento. “Las escuelas
vinculadas con este proyecto quieren algo distinto para sus alumnos.
Creo que la educación musical es tan importante como la literatura”,
opina Ávila Arzuza.
Marina Stivel, vicepresidenta de la Fundación Pro Arte, asegura que
los resultados entre quienes participan son evidentes. “La orquesta los
ha disciplinado, mejoran su rendimiento escolar. Además, les permite
vinculares con gente diversa, conocer un teatro y potenciar el
conocimiento. Lo que provoca en las familias es también muy importante”,
dice.
Alejandra Urrutia, chilena de origen y directora de la Orquesta
Sinfónica de Santa Fe, estuvo ayer invitada al ensayo. Al concluir, y
después de sacarse fotos con los niños miembros de la orquesta, remarca
que la música provoca un enorme impacto en la vida de las personas. “Da
herramientas como la disciplina, la puntualidad y pautas sobre la
necesidad de aprender a escuchar, a trabajar en equipo, a ser líderes”,
sostiene Urrutia, violinista y profesora durante 10 años en orquestas
infanto-juveniles en Chile. “A mí la música me transformó. Es una
filosofía de vida a la que todos deberían tener acceso”.
Para Ávila Arzuza, el objetivo de las orquestas sociales es que la
mayor cantidad de niños se acerquen a la música. “Córdoba merecía un
proyecto así. No sólo ofrecemos contención, que es muy importante para
vidas difíciles y complejas, sino que les brindamos una educación de
calidad”, subraya.
En la orquesta, los profesores exigen un perfeccionamiento individual
y colectivo. Pero ponen énfasis en el trabajo grupal. “Como en toda
orquesta, se aprende a que si el trabajo individual se hace bien, eso
beneficia al conjunto. Es un aprendizaje para la vida también”, concluye
el director.
http://www.lavoz.com.ar
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