Video juegos "made in Mar del Plata", una industria en pleno crecimiento
La generación de productos marplatenses abarca a las TICS (empresas de
información y comunicación) que, poco a poco, van haciendo su camino en
la economía local. En la ciudad unas diez empresas se dedican a la
creación de video juegos que se venden a nivel global y están en
continuo movimiento.
La pantalla muestra a un chico, a bordo de un karting, que va
circulando por una calle superando distintos obstáculos, a la vez que
puede comprar accesorios como un casco de seguridad. Esa es la trama
central del "Crazy Cart", el video juego presentado a nivel mundial la
semana pasada por "Trick Gaming Studios".
En su escritorio, y rodeado de múltiples soportes electrónicos, el
ingeniero en Sistemas Julián Muro (29 años) reconoce que "es el sueño
del pibe. Más allá del trabajo, es mi pasión, y hacer lo que te gusta es
lo mejor".
"Estamos en un nicho con un gran futuro y con mucha proyección -explica
el ingeniero en Informática Sebastián Estevez (44), de "MDQ Lab"-, por
lo que creemos que es necesario comunicar, motivar e incentivar a que
más gente se sume".
En esa suma pretende incluir "a los más jóvenes y a los que todavía no
encontraron su vocación, para que vean que es posible trabajar y vivir
de la industria de los videojuegos en Mar del Plata".
Los profesionales del área nadan en optimismo. La empresa de Estévez
creó, en 2012, el videojuego "Finger Olimpics" orientado a aprovechar la
fiebre olímpica de Londres, y para octubre de este año planean lanzar
un videojuego del tipo FPS (first person shooter) para dispositivos
móviles.
Tanto Muro como Estévez se definen como "apasionados" por lo que hacen y
reconocen que se trata de su vocación. "De chico jugaba a inventar
juegos", cuenta Estévez, que estudio en la universidad Fasta y durante
su infancia gastó tardes enteras jugando al Pacman en Sacoa.
Muro, por su parte, relata que armó la empresa con sus socios -y
compañeros de estudios en la Universidad Nacional del Centro (Tandil)-
para poder vivir "del fanatismo que teníamos de chicos por los juegos.
Hice de todo, pero en un momento nos propusimos hacer juegos y acá
estamos".
Futuro
Actualmente, en la ciudad, existen una decena de empresas que se dedican
a crear video juegos. Claro que hay dos formas de hacerlo: creas tu
propio juego o se fabrica una herramienta de servicio para una
determinada empresa.
"Crazy Carts -detalla Muro- nació de un pedido que nos hizo una fábrica
de kartings de verdad. Querían una herramienta de marketing para
promocionar el producto y en base a eso pensamos qué tipo de juego
estaría relacionado con este karting".
Ambos profesionales coinciden en que "el nicho es gigante" y aventuran
que "en Mar del Plata podés hacer lo que se te ocurra". También
reconocen que el sector tiene algunas limitaciones, como la poca
difusión de las actividades desarrolladas y hasta la falta de mano de
obra calificada.
Con ese fin, están nucleados en Aticma y trabajan mancomunadamente con la Municipalidad local.
En el futuro de muro figura "desarrollar nuestros propios video juegos,
pensados por nosotros y no como servicio para otra empresa". Estévez
coincide y suma: "Nuestro plan es continuar desarrollando videojuegos de
mejor calidad y con mayor alcance internacional".
Proceso
El proceso de desarrollo de un videojuego generalmente incluye la
concepción de la idea, el diseño, planificación, producción y pruebas.
Muchos lo comparan con la filmación de una película.
"En forma resumida, el proceso es similar al desarrollo de software en
general, aunque la mayor diferencia radica en la necesidad de contar no
sólo con programadores sino también con una gran participación de
distintos sectores creativos como diseñadores gráficos, 2D/3D,
guionistas, músicos, diseñadores de niveles, etc", enumera Estévez, en
cuya empresa trabajan alrededor de 12 personas con distintas
especialidades.
Así, en primera instancia, se tienen en cuenta aspectos fundamentales
que conformarán el videojuego, ya sea "el género, cual va a ser el foco y
la 'magia' del mismo, que es lo que tiene de atractivo, adictivo,
novedoso o divertido", describe.
El diseño implica, además del guión, el arte conceptual, la mecánica y
las reglas que van a interactuar en las distintas entidades que componen
el videojuego. También se define el modelo de monetización, es decir,
de qué forma se van a obtener los ingresos económicos.
"Hay que tener en cuenta que debe generar ingresos -apunta Muro-, como
publicidad u objetos para comprar, como un casquito en nuestro caso. El
costo se puede recuperar en base a las publicidades".
La planificación incluye la "identificación de las tareas y se reparten
entre los distintas personas del equipo. Se fijan plazos de tiempo y
reuniones periódicas para hacer un seguimiento de los avances, y la
verificación de acuerdo a lo proyectado", añade el comandante de un
grupo interdisciplinario de profesionales independientes conformado por
dos ingenieros en Informática; un modelador 3D; un ilustrador y
diseñador gráfico 2D; un guionista y un sonidista y musicalizador.
A la pantalla
En la etapa de producción, se fusionan las tareas de las áreas de
programación, diseño de niveles, ilustración en 2D, animación y modelado
3D, musicalización y sonido, entre otras. "El equipo humano es la clave
que permitirá obtener buenos o malos resultados", resume Estévez.
Acto seguido, se trabaja en buscar y corregir los errores de
programación y testear y mejorar la jugabilidad y, por lo general, se
recomienda que esas pruebas sean llevadas a cabo por un equipo externo.
Una vez finalizado y publicado el juego, se entra en una etapa de
recopilación de información que "debe permitir identificar nuevos
errores y los cambios que son necesarios para mejorar el juego en todos
sus aspectos, ya sea de diseño, jugabilidad, monetización".
Los video juegos se publican en stores online (como Apple AppStore,
Google PlayStore, Windows Store, Steam, etc.) y desde allí el público
los baja para jugar.
http://www.lacapitalmdp.com
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