lunes, 6 de abril de 2015

Adicto recuperado hoy es referente y ejemplo

Una comunidad para ganarles la batalla a las adicciones

Fundación Candil recibe a personas con distintas conductas de riesgo y trabaja para ayudarlas a construir un proyecto de vida sana.

 
Fundación Candil recibe a personas con distintas conductas de riesgo y trabaja para ayudarlas. Foto: LA NACION

Por Teresa Zolezzi

"Consumí drogas durante 17 años, de los 13 a los 30. Me acuerdo de que el último tiempo la pasé mal, consumía con culpa, con miedo. En mi cabeza se cruzaba la idea de muerte todo el tiempo. Sabía que si seguía así podía ser fatal, hasta que en 2011 tuve una sobredosis", confiesa Alberto Urbani desde la comunidad terapéutica de la Fundación Candil, en el partido de Pilar, este lugar que le devolvió las ganas de vivir y le dio fuerzas para superar su adicción.
A lo lejos un grupo de jóvenes juega al fútbol y un poco más cerca se escucha al grupo de mujeres de teatro ensayar, sentadas en ronda a la sombra de un árbol. Puertas adentro se respira olor a chipá y a pan casero. Estos 48 jóvenes y adultos se encuentran en tratamiento de rehabilitación para hacer frente a la problemática de las adicciones y conductas de alto riesgo: drogodependencia, alcoholismo, trastornos de alimentación y violencia.
Alberto, que años atrás estuvo en sus mismos zapatos, los mira con cariño y cuenta que hoy sigue formando parte de la Fundación Candil, pero desde otro lugar. Actualmente trabaja dentro de esta organización y su rol es de operador socioterapéutico y acompañante. Integra el equipo de más de 30 profesionales -médicos, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, talleristas y coordinadores- que se dedican a la recuperación de los residentes para que éstos logren construir un proyecto de vida sano, alejado de las adicciones, y se conviertan en los protagonistas de su mejoría.
"Cuando llegué, me costó mucho todo porque estaba bastante mal. Después de unos meses, pude adaptarme, recorrer mi historia, darme cuenta de las cosas que quería cambiar y con las terapias y la ayuda que recibí pude salir adelante", recuerda Alberto, y hace una pausa por la emoción: "Antes prácticamente yo no tenía vida, la fundación fue muy importante para mí".
Luego de recuperarse hizo un curso y se capacitó para ser operador socioterapéutico. Hoy devuelve todo lo que recibió ayudando a otros. Se ocupa del cumplimiento de las actividades diarias de la fundación y sus compañeros afirman que es referente y ejemplo a seguir de muchos pacientes.
"Yo pasé por lo mismo y sé de qué se trata, por eso me siento bien de poder hacer algo por otra persona. A veces viene alguien y me dice que está angustiado o triste y tal vez después de una charla, logra revertirlo", dice. Hoy se siente feliz y orgulloso de valerse por sí mismo y haber recuperado la relación con su hijo de 9 años y sus hermanos.
La presidenta de la Fundación Candil, Graciela Ojeda, señala: "La historia de cada paciente es diferente, por eso hacemos un traje a la medida de cada uno. Recibimos a chicos en situación de calle, con causas penales, muchos no tienen familia o vienen con situaciones de violencia familiar, tenemos pacientes con VIH y otros con problemas de audición; son realidades que les causan mucho dolor. Queremos ayudarlos a rearmar sus vidas para que logren reinsertarse en la sociedad. La propuesta es que ellos sean los artífices de su propia rehabilitación y para eso también trabajamos mucho con las familias."
Esta organización social, cuyo nombre encuentra su origen en intentar ser "una luz en el camino de la enfermedad", trabaja desde hace 15 años enfocada en tres áreas del tratamiento de las adicciones: rehabilitación, reinserción social y prevención. El programa de rehabilitación tiene a su vez tres modalidades: internación en la comunidad terapéutica que funciona en la sede de Pilar y hospital de día y tratamiento ambulatorio en la sede de la ciudad de Buenos Aires.
En la sede de Pilar, hace más de un año, lograron de la mano del gobierno de la provincia, incorporar a una docente que asiste a la fundación para que quienes no completaron su escolaridad puedan terminar los estudios secundarios. A su vez, además de los talleres de teatro, gimnasia y panadería, las actividades diarias también incluyen computación, yoga, huerta y pronto retomarán el taller de carpintería y se abrirá el taller electricidad.
"En las clases de computación también les enseñamos cómo tienen que armar un currículum y presentarse a una entrevista laboral. Los talleres les permiten a los chicos tener un oficio, capacitarse, armar un proyecto de vida saludable", explica Ojeda y concluye: "Las personas que pasan por Fundación Candil reconocen que este lugar les dio la posibilidad de tener una mejor calidad de vida y de recuperar su dignidad".
Actualmente la Fundación Candil está necesitando diferentes materiales para la construcción y el equipamiento del taller de panadería, entre ellos: horno rotativo de gas, amasadora y sobadora, batidora industrial, una heladera y diversos elementos como pizzeras, palotes. Quienes quieran colaborar pueden contactarse por mail a info@fundacioncandil.org.ar o por teléfono al (011)15-62572195. Para más información: www.fundacioncandil.org.

http://www.lanacion.com.ar

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