Tras un maratónico partido de cinco horas, Nalbandian-Schwank vencieron a Cilic-Karlovic por 3-6, 7-6 (6), 6-3, 6-7 (6) y 8-6 y pusieron 2-1 la serie de Davis ante Croacia; mañana, a las 10.30, Del Potro busca el pasaje a las semifinales.
Si llega, la Argentina se habrá ganado con mucho sudor el pasaje a las semifinales de la Copa Davis. Pero, por lo pronto, dio un paso enorme hacia la clasificación con el triunfo que ayer, en un Parque Roca repleto con 14.000 espectadores, consiguieron Nalbandian y Eduardo Schwank, al derrotar a Marin Cilic e Ivo Karlovic -entró por Lovro Zovko, el nominado original- por 3-6, 7-6 (8-6), 6-3, 6-7 (6-8) y 8-6, en casi cinco horas de juego. Así, el equipo dirigido por Martín Jaite se puso 2-1 en la chapa; Juan Martín del Potro intentará lograr el punto decisivo hoy, desde las 10.30, frente a Cilic, que ya acumula 10 horas de juego en dos días de acción. De ser necesario, Juan Mónaco estará listo para ingresar; en caso de que la serie quede 2-2, Pico se mediría con Karlovic en el quinto punto.
En todo caso, habrá que ver si es necesario llegar tan lejos. Croacia, como lo había dicho Jaite hace ya varios días, era un adversario más difícil de lo que muchos pronosticaban. Cilic y Karlovic se prepararon con tiempo y dedicación para tratar de complicar lo más posible al conjunto local. Cilic cumplió su cometido al ganarle a Nalbandian, y en el dobles, poco le faltó a la pareja croata para llegar con una inesperada ventaja al último día de acción. Las adversidades del equipo local se conjugaron con un adversario que merecía y se ganó el respeto, para conformar una serie áspera, con muchos elementos para tomar en cuenta de cara al futuro.
Jaite ya había mostrado sus cartas hace rato: Nalbandian y Schwank es la pareja en su ciclo. Del otro lado, más allá de la nominación en el sorteo, se veía venir que Cilic y Karlovic jugarían el dobles; la apuesta era clara: apuntar a ganar dos singles -sobre todo los que jugara Cilic- y el dobles. Sin misterios por este lado, quedaba por ver cómo se resolvía el siempre decisivo cruce del sábado.
En una jornada de mucho viento, lo que se vio en el gigante de Villa Soldati fue un encuentro menos que discreto. Hubo emoción, sí, por el carácter del partido y por los altibajos en los rendimientos; sin que se pudiera vislumbrar un ganador hasta el último punto de la tarde. Lo llamativo, para muchos, fue el pobre rendimiento de Nalbandian. Fue extraño verlo al cordobés en un nivel tan bajo, en una serie que seguramente estará fuera de su mejor repertorio. Errático y fastidioso, se enredó con su saque; así perdió el servicio en el octavo game del primer set con dos dobles faltas y dos errores, y así se fue el primer capítulo para los croatas. Sin embargo, luego de quedar break abajo en el arranque del segundo, la pareja argentina se recuperó, con una buena irrupción de Schwank para bancar el partido en ese desarrollo adverso. Es posible que al Gordo no le vaya tan bien en su carrera de singles, pero, con rendimientos como el de ayer, justifica plenamente su lugar en el equipo de la Davis, y su titularidad en el dobles. Nalbandian reapareció para cerrar el segundo set con una devolución cruzada que dejó parado a Cilic. A partir de allí se vio lo mejor de la pareja local, que se llevó el tercero con dos quiebres, incluido un globo milagroso de Schwank sobre el inmenso Karlovic. Pero David se complicó en un tramo crucial: en el cuarto set perdió su saque con tres dobles faltas, y una cuarta en el tie-break (6-7) costó carísima. En el quinto no había margen de error. Las devoluciones sobre un Karlovic cada vez más lento dejaban la puerta abierta; allí aprovechó la Argentina para quebrar en el 15° game, y para soltar el desahogo con el saque de Schwank. Hizo falta mucho sudor, pero valió la pena para destrabar una serie acorde con esas complicaciones que a veces tiene la Ensaladera...
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