Como hace un año y medio cuando se consagraron en el Mundial, ahora se coronaron en el Champions Trophy al vencer a Gran Bretaña en la final por 1 a 0 con gol de Silvina D'Elía. Fue un cierre a pura fiesta, con el estadio a pleno y con la capitana Luciana Aymar levantando el trofeo en el que fue el último partido en su ciudad.
Las Leonas otra vez fueron reinas en Rosario. Como hace un año y medio cuando se consagraron en el Mundial, ahora se coronaron en el Champions Trophy al vencer a Gran Bretaña en la final por 1 a 0 con gol de Silvina D'Elía. Fue un cierre a pura fiesta, con el estadio a pleno y con la capitana Luciana Aymar levantando el trofeo en el que fue el último partido en su ciudad.
Ayer, Las Leonas lograron la mejor performance de todo el torneo. Fueron amplias dominadoras y nunca dieron la sensación de que se les pudiera escapar el título a pesar de haber ganado por la mínima diferencia. Enfrente, el equipo que más creció en los últimos años y que apunta a los Juegos Olímpicos que se jugarán en su casa, poco pudo hacer de todo lo bueno que había mostrado en el certamen. Y eso también fue mérito argentino.
En el duelo que significó la medalla de oro, el conjunto nacional apenas cedió un córner corto y consiguió seis (el gol llegó por esa vía tras amague de Barrionuevo y barrida de D'Elía). Siempre se mostró muy firme en la defensa, el aspecto de juego que todos los miembros de este seleccionado pusieron en el primer plano del discurso desde que arribaron a Rosario. Funcionaron en sintonía con la convicción de que la final se quedaba en casa gracias a una confianza que se asentó día a día.
El equipo que llegó a Rosario en el marco de la preparación para los Juegos, el objetivo más importante del año, empató en el debut ante Nueva Zelanda, 2 a 2 y ahí se encendieron algunos alertas sobre el funcionamiento. El segundo partido fue goleada ante Alemania por 4 a 2 y luego un nuevo empate con Corea para terminar segundas en su grupo. En cuartos vencieron a China en otro partido durísimo y después vino la semifinal, que fue una final adelantada ante Holanda, el mejor equipo del mundo.
En ese encuentro, como en los tres anteriores en los que se recompusieron de la desventaja, Las Leonas fueron garra y corazón. Por eso la final se empezó a ganar el sábado, tras el triunfo ante la Naranja Mecánica. Luego de esa demostración de actitud, Argentina llegó envalentonada para ganar por quinta vez en su historia el torneo que reúne a los mejores seleccionados del mundo.
Este título representa el envión anímico más significativo para un equipo que está aceitando sus recambios, con un mix de jugadoras muy jóvenes a las que hasta acá no les pesó la historia de la camiseta.
Con este nueva conquista, Argentina recuperó la corona que el año pasado había perdido a manos de Holanda. Y cortó la racha de tres Champions organizados en el país en los que no se pudo quedar con el título, uno de esos torneos en la ciudad en 2004, donde fueron terceras.
Pero el presente data de otra cosa: del final feliz de Las Leonas en Rosario y de buenas perspectivas de cara a Londres. Fue el primer paso importante del año y salieron victoriosas. Otra vez fueron reinas en la casa de Lucha, la hija pródiga de la ciudad.
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