Gamba, que ha sido directora de la oficina de desarme de la ONU en los últimos dos años, fue elegida para encabezar un panel independiente a cargo de determinar la responsabilidad de ataques con armas químicas en Siria.
Gamba investigará el uso de armas químicas en Siria.
Una
argentina experta en desarme fue nombrada para encabezar un panel
independiente a cargo de determinar la responsabilidad de ataques con
armas químicas en Siria, informó ayer la Organización de Naciones
Unidas. Virginia Gamba, que ha sido directora de la oficina de desarme
de la ONU en los últimos dos años, trabajará con otras dos personas en
una misión de un año para investigar quién utilizó las armas prohibidas.
El Consejo de Seguridad de la ONU decidió en forma unánime en una
resolución en agosto pasado, establecer una investigación sobre la
cuestión, en una poco frecuente muestra de unidad ante el conflicto que
lleva cuatro años. Tras postergaciones debido a reservas de Rusia
respecto del mandato del panel, la misión obtuvo la semana pasada la luz
verde final del máximo órgano de decisión de la ONU. Gamba liderará un
grupo que tratará de identificar a individuos y grupos involucrados en
la utilización de ese tipo de armamento en el país árabe.
Gamba ha estado trabajando en cuestiones de desarme desde hace 30
años y ha colaborado en dos misiones sobre armas químicas en Siria. El
panel trabajará con la Organización para la Prohibición de Armas
Químicas, (OPAQ) con sede en La Haya.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destacó a
través de su portavoz que “Gamba aporta a la investigación “más de 30
años de experiencia y liderazgo profesional en de-sarme”. Según Ban, la
argentina ha demostrado su capacidad en varias iniciativas
internacionales en este ámbito y dio un apoyo clave a las dos misiones
anteriores que se encargaron de estudiar el uso de armas químicas en
Siria.
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia acusan al ejército sirio de
haber realizado ataques con armas químicas, entre ellos varios con gas
de cloro. Rusia, en cambio, considera que no hay pruebas contra su
aliado, al que siempre ha intentado proteger en el seno del Consejo. El
panel debe presentar su primer informe 90 días después de comenzar sus
tareas.
En 2013 Siria aceptó un plan ruso-estadounidense para desmantelar su
red de armas químicas y plegarse al tratado internacional que prohíbe
su uso, en lo que se consideró el primer indicio de que Moscú estaba
dispuesto a aumentar la presión sobre el régimen de Assad sobre el tema.
El nombramiento se hizo efectivo en coordinación con la OPAQ y tras
consultar al Consejo de Seguridad, según confirmó su presidente de
turno, el ruso Vitali Churkin.
Ban reiteró ayer su llamamiento a todas las partes en Siria para que
cooperen con los investigadores. El secretario general además confió en
disponer del apoyo de todos los miembros de la ONU para hacer efectiva
la resolución 2235 del Consejo de Seguridad, que abre la posibilidad de
sancionar a personas o entidades que hayan utilizado armas químicas en
Siria.
Gamba asume el cargo después de un concurso en el cual compitieron
cerca de 100 expertos de todo el mundo, entre ellos el ex canciller de
Egipto y un ex vicepresidente de Rusia. La designación reconoce la larga
experiencia de esta dama de 59 años en estrategia y el desarme, al
punto de que en 1995 obtuvo el Premio Nobel de la Paz (compartido) como
miembro de la organización Pugwash por el desarme nuclear.
Entre 1996 y 2001 fue responsable de la fundación Safer Africa que
se encargó de las tareas de retiro de las armas que habían quedado en
sudáfrica como consecuencia de años de guerra civil. En esa tarea
trabajó junto al ex presidente Nelson Mandela. Vivió en Pretoria durante
esos años y desde allí fue asesora en temas de seguridad interna de más
de una decena de países africanos.
Gamba es además la autora de los principales libros sobre la Guerra
de Malvinas, que la sorprendió en 1982 cuando regresó al país recién
graduada con un master en Estudios Estratégicos en la Universidad de
Gales, Gran Bretaña. Permaneció en el país, donde, terminado el
conflicto elaboró junto con el ex canciller Nicanor Costa Méndez, la
Memoria de la Guerra, un extenso relato de la guerra que hasta hoy tiene
clasificación como secreto. Los detalles de esta experiencia están
contados en el primer libro de memorias que publicó el año pasado bajo
el título de Chocolate chino en Budapest. En 1984 publicó El Peón de la
Reina, el primer análisis que se hacía de la guerra y que sigue siendo
una obre de referencia.
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