La sana costumbre de vencer
El equipo de Hernández extendió su racha en el Preolímpico y, tras la derrota de Dominicana, se metió en las semifinales.
Scola se eleva para meter la pelota en el aro. Foto: Télam
El seleccionado argentino de básquetbol acumuló ayer una nueva
victoria en su camino en el Preolímpico México 2015, al superar con
holgura a su par de Panamá, por 84 a 57, por la segunda fase del
certamen. Con este triunfo, el sexto consecutivo en igual cantidad de
presentaciones, el conjunto de Sergio Hernández alcanzó las semfinales
y, además, se aseguró un lugar en el repechaje mundial, que jugaría en
el caso de no alcanzar la final del torneo que otorga dos cupos para los
Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016. Los parciales del cotejo
disputado en un Palacio de los Deportes de la capital mexicana
prácticamente desierto (no más de 500 espectadores en un escenario con
capacidad para 16.700) fueron los siguientes: Argentina 13-13, 34-26,
59-36 y 84-57.
Argentina inició el partido con una formación distinta (la sexta en
igual cantidad de partidos), con Nicolás Richotti como escolta y Marcos
Delía en el poste bajo. El arranque fue a puro triple, con el citado
Richotti (5 puntos) tomando decisiones, mientras el quinteto panameño
respondía con un Michael Hicks (4) que asomaba libre cuando seleccionaba
tiros. Así, el parcial 8-8, a falta de 5m40s, prometía un encuentro
vivaz e interesante. Sin embargo, la insinuación declinó de inmediato.
El partido se volvió chato y errático, con dos equipos que mostraron
poca fluidez en la circulación y escasa eficacia en los lanzamientos. En
ese contexto, lo único saludable exhibido por el conjunto nacional
resultó la consistencia defensiva (Nocioni 5 rebotes; Delía 3) que
impidieron que los centroamericanos aprovecharan segundas instancias de
tiro.
“¡Jugamos al ritmo de ellos!”, se le escuchó decir desde el banco al
técnico Sergio Hernández como queja que sirve para graficar la pobreza
de argumentos de uno y otro en el tramo final de un primer capítulo que
finalizó empatado 13-13.
El segundo segmento no varió la tónica. El desarrollo continuó
siendo deslucido, a pesar de que el ingreso del marplatense Garino
concretaba el cambio de ritmo que le permitía a la Argentina extraer
diferencias.
En un partido de rachas, Argentina metió un sprint 5-0 para pasar a
ganar 21-17, cuando quedaban 5m20s. Pero Panamá contestó con un 9-2
(doble de Hicks), que posibilitó la igualdad 26-26, cuando quedaban
2m13s.
Hasta que el pibe Garino volvió a escena (6 puntos), con un robo y
una corrida electrizante para delinear una racha 8-0, con la que
concluyó el primer tiempo (34-26), que dejó como saldo positivo en el
equipo argentino la más que aceptable defensa del canasto, con un
Tayavek Gallizzi (3 rebotes, 2 bloqueos) que supo aprovechar sus minutos
en cancha.
En el comienzo del tercer cuarto, Argentina sentenció la historia.
Una seguidilla 9-0 que posibilitó una máxima de 43-26, con un buen
pasaje de Safar (5), fue demasiado para una Panamá que dependía casi en
exclusiva de lo que pudiera diseñar un Hicks ya cansado.
El posterior desarrollo posibilitó al técnico Hernández rotar al
equipo, mientras la diferencia se ampliaba (52-30, a 2m52s), a pesar de
que el funcionamiento colectivo distaba de ser brillante. Pero la
jerarquía individual de la Argentina hizo estragos en un Panamá muy
débil y vencido. El parcial terminó 59-36.
Los últimos 10 minutos solamente alimentaron estadísticas. Scola (5)
y Nocioni (5) se sentaron antes del final y le dieron paso a los más
jóvenes. Así, los doce jugadores del plantel fueron utilizados por el DT
Hernández. Y además todos anotaron puntos. La cuenta concluyó en un
holgado 84-57.
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