Es de Caseros. Martín Ron apareció en la portada del primer número del año de "Art Democracy", que lo reconoció como uno de los mejores del planeta en su rubro. "Sólo hago lo que me gusta: pintar y provocar emociones", dice.
El muralista Martín Ron en acción.
El popular artista de Caseros, Martín Ron (32), fue reconocido por su poder de transformar grises paredes en coloridos murales surrealistas que sorprenden a todo aquel que camina frente a ellos, ya sea por Tres de Febrero como por Europa. En esta ocasión, la revista neoyorkina de arte contemporáneo "Art Democracy" eligió a Ron para que pintase su autorretrato en el barrio porteño de Floresta y fuera tapa de su primera edición del año, donde lo califica como "uno de los integrantes del top ten del street art a nivel mundial".
"El ranking no significa nada para mí, menos en arte que es algo muy subjetivo. Sólo hago lo que me gusta: pintar y provocar emociones en la gente", comenta. Consolidó el respeto ganado a nivel internacional en 2013 cuando el grupo Street Art London lo convocó para pintar murales en Londres con el mismo estilo de arte urbano que llevó a cabo Ron en el Programa de Embellecimiento Urbano del Municipio. El año pasado también logró exponer sus cuadros en la galería de arte Mead Carney Fine Art, que tiene por compradores a personalidades como el futbolista David Beckham. "En Europa hay gente entendida y un sistema que valora al arte en espacio público. Gobierno y fundaciones invitan a artistas con todo pago para poner en valor tanto edificios como barrios con los murales", cuenta su experiencia europea.
Considera que en Argentina esto puede resultar un poco más complicado. Sin embargo, resalta la tradición muralista que tiene Caseros desde hace ya un tiempo gracias a "la gente que ama los murales". "La gente" de la que habla son los vecinos, los que se fascinaron al ver sus creaciones, los que comentaron sus diseños. En fin, los que hicieron trascender su trabajo. "La obra que desarrollé en Tres de Febrero resultó un puente. Es reconocida en el mundo gracias a la gente que se conecta con ella", plantea. Y agrega: "Esto amplia el panorama y me hace conocer nuevos lugares, propuestas y artistas que fueron referentes, que admiraba hace años y eran inaccesibles para mí. Hoy son amigos y compañeros de ruta".
Profesor de Muralismo e Intervenciones urbanas dentro de la UNTREF, recuerda cuando aprendió pintura en su barrio con una señora llamada Bety. Luego, poco de arte tuvo en su paso por la Secundaria Nuestra Señora de la Merced. Hasta que conectó con la pintura. "Esta es una actividad que te acompaña toda la vida: investigué y profundicé de mil maneras hasta que encontré la mía. En el medio pasaron viajes, libros, charlas y muestras. Eso es dedicarse a pintar, morir experimentando y aprendiendo", revela.
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