Trabaja en un proyecto que les permitiría a las personas con parálisis volver a caminar gracias a la estimulación eléctrica de la médula.
Claudia Angeli viajó a Estados Unidos
cuando tenía 19 años. Hoy, 23 años después, es profesora del Centro de
Lesión de la Médula Espinal de la Universidad de Louisville y podría cambiar el mundo gracias a un proyecto que lidera a través del cual podría hacer volver a caminar a personas con parálisis.
La investigación se basa en la implementación de un electrodo con un aparato que aplica la estimulación eléctrica en la parte lumbar de la médula. "Al
mandar la estimulación estamos haciendo que 'despierte la médula para
recibir la intención del cerebro de realizar el movimiento'", explicó
Angeli en comunicación con minutouno.com desde Louisville, Kentucky.
"Descubrimos
que al cerebro no hay que proveerlo con muchos detalles de cómo
detectar el movimiento sino que la médula sola genera todos éstos
detalles para mover las neuronas motrices y realizar el movimiento",
agregó.
El avance es notable. Empezaron con un paciente y, más tarde, trabajaron con tres más. Los resultados generaron cambios en la calidad de vida de los pacientes que son "impresionantes". Se generó una mejora en la masa muscular y recuperaron el control de la vejiga gracias a la estimulación, entre otras.
Actualmente el entrenamiento se
basa en dos estadíos: una de 80 sesiones donde realizan la estimulación
y otra de 80 sesiones en las que se realizan sesiones de marcha. Para
las segundas lo que hacen los pacientes es subirse a una cinta con un
arnés que les soporta el 40% de su cuerpo y que les permite caminar con
la ayuda de profesionales.
Hasta ahora no pueden caminar solos, pero es una cuestión de limitación tecnológica. "El aparato que usamos fue desarrollado para el control del dolor y
estamos llevando su funcionamiento al máximo. Por este motivo tenemos
limitaciones. Estamos trabajando con un grupo de ingenieros de la
universidad para desarrollar una nueva tecnología" que podría hacer que
las personas que se vean afectadas con parálisis puedan volver a
caminar.
El estudio comenzó en 2009, pero no implantaron a ningún paciente
hasta 2011. Cada uno está en el laboratorio durante, aproximadamente, un
año. Después de eso puede volver a su casa y puede seguir el
entrenamiento solo. Practican el movimiento de las piernas, tobillos y dedos.
Todavía falta mucho, ya que el proyecto está en una fase experimental. En
el futuro cercano lo que hará el equipo de Angeli será tratar de
incluir a más pacientes y participantes. El segundo paso es incluir más
centros que puedan reproducir los mismos experimentos y entrenamientos
y, finalmente, que se convierta en una terapia clínica como
cualquier otra. Recién en ese momento se comenzaría a expandir a todo el
mundo y sería aplicado a aquellos pacientes que estén afectados.
Axel Marazzi
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