martes, 8 de abril de 2014

Taller del Borda: todo un arte

Colores del alma, una muestra de los pacientes del Borda, llega a la UCA

Por Alicia de Arteaga

Desde hace tiempo daba vueltas en la cabeza de la galerista María Luisa Barril la posibilidad de exponer los trabajos realizados durante la inédita experiencia que condujo, entre 2001 y 2005, en el taller vocacional del hospital Borda, Servicio N° 2.
Un espacio donde la música, los pinceles y el color fueron el punto de partida del conjunto de trabajos que se verá a partir de hoy en el Pabellón de las Artes de la UCA, en Puerto Madero, dirigido por Cecilia Cavanagh.
En Colores del Alma, título de la exposición, se exhibe el resultado de una medicina poderosa, que no se mide en dosis, sino por su capacidad inmensa de inclusión, como es la posibilidad de crear y, al hacerlo, sentirse libres.
"Los pacientes que se sumaron al grupo, un promedio de 25, cambiaron su manera de vestir, establecieron una nueva forma de diálogo y de manera constante expresaron su agradecimiento", recuerda María Luisa Barril, quien admite que la primera transformación fue la que vivió ella misma entre las cuatro paredes de un taller donde la pasión y el entusiasmo eran mucho más que los recursos.

 
La calesita (detalle), de Nishihama. 

Lo que sigue es el testimonio de gratitud hacia la coordinadora del grupo, de uno de los pacientes integrantes del taller: "Te conocí en el Borda, con sus historias de electroshock y penumbras. Me atraparon los ya atrapados, pero aún soy libre, la confianza me la dio un encuentro entre lo lindo y lo feo, ¿y mi libertad? ¡No sé! Pero igual tus árboles exóticos y tu taller de arte me hacen sentir libre en el encierro".

Cerca del corazón

El denominador común de las obras es la frescura, la naturalidad del trazo fuera de toda convención y cliché. Sale del corazón y la mano sigue el impulso.
Años atrás, en la celebración de los 500 años del descubrimiento de Brasil, uno de los segmentos más celebrados de la fabulosa muestra montada para la ocasión fue la exhibición de las obras de los pacientes internados en un neuropsiquiátrico de Río de Janeiro. Los pacientes, ajenos a lo que sucedía en el mundo, pintaban y creaban en sintonía con las últimas tendencias, como ocurrió con el genial Arthur Bispo do Rosario.
Una parte de la muestra visitó la Fundación Proa, y ante la mirada, entre atónita y escéptica, de críticos y curadores despertó múltiples interrogantes. ¿Obras de arte, genios marginales?
Hay que mirar una y otra vez las pinturas de los artistas integrantes del movimiento conocido como Art Brut para entender que la línea divisoria entre cordura y locura es más delgada de lo que se supone. "Esta muestra nace como una retribución del amor que recibía de los pacientes, «mis» artistas. Intentaré transmitirles algo de todo lo que sentí mientras trabajaban... Son almas viajeras. Reúnen toda la humanidad y toda la naturaleza. Elaboran cada trabajo con ternura atenta. Sienten apasionada curiosidad y al culminar la obra brillan sus ojos con indecible felicidad", resume María Luisa esta experiencia transformadora.

El inconsciente inspirador

Desde las vanguardias históricas, a comienzos del siglo XX, los artistas modernos pusieron especial atención en los aspectos marginales del arte de los niños, de las culturas tribales y también el realizado por los enfermos mentales.
Basta recordar el respeto y valor con que Dubuffet se aproximaba a los artistas marginales que producían por fuera del entramado social "establecido". Al mismo tiempo, los seguidores del Manifiesto surrealista de André Breton establecieron como paradigma de sus creaciones la irrupción del inconsciente en la lógica racional.
La irracionalidad sería el disparador, como fue luego el azar determinante de esas piezas extraordinarias llamadas Cadáveres exquisitos: cada artista pintaba en un pedazo de papel doblado, que luego desplegado resultaba el trabajo final.
Es probable, al contemplar el conjunto seleccionado para Colores del alma, que si el espectador no tuviera referencias del origen de esta producción, no se daría cuenta de que ella proviene de personas internadas en hospitales psiquiátricos.
El Museo de Imágenes del Inconsciente de Río de Janeiro, antecedente necesario, fue fundado por la doctora Nise da Silveira en 1952. Desde entonces propone terapias con una fuerte presencia de actividades expresivas como la pintura, el modelado y la xilografía.

http://www.lanacion.com.ar

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