jueves, 15 de agosto de 2013

Una buena actuación

Sin Messi, Argentina le ganó a Italia

En Roma, la Selección venció 2-1 a la Azurra con goles de Higuaín y Banega en el homenaje al Papa Francisco. Descontó Insigne.

 
Todos saludan a Higuaín, autor del 1-0 argentino. // AP

El seleccionado argentino de fútbol, sin siquiera necesitó al ausente Lionel Messi, le ganó hoy a una pálida Italia por 2-1 en un partido amistoso en honor del Papa Francisco en el estadio Olímpico de Roma.
Ni el envión de los últimos quince minutos que Italia tuvo a partir del golazo del descuento de Lorenzo Insigne alcanzó para sacarle brillo a lo hecho en los otros tres cuartos de partido.
Gonzalo Higuaín, la figura del partido, fue el autor del primer gol y asistente de lujo para el segundo, convertido por Ever Banega, tres minutos después de su ingreso.
Fue, como pidió el Papa en la audiencia de la víspera con los dos seleccionado, un partido bien “amichevole”, que comenzó con Gigi Buffón y Javier Mascherano, convertido en capitán al no estar Messi, paleando un poco de tierra para plantar en un masetero el olivo bendecido por Francisco.
No hubo juego rudo, y también cambios que hasta casi desvirtuaron el partido, sobre todo con la prematura decisión del técnico Cesare Prandelli, con casi cinco modificaciones en los primeros ocho minutos del segundo tiempo.
Sorprendió el escaso pressing de Italia pese a la cantidad de hombres en la zona media, e igualmente dejaron un blanco terrible entre los volantes y defensores que los argentinos aprovecharon bien.
El primer dato de esa falencia italiana fue un pase de Campagnaro paralelo al lateral derecho para Palacio que pareció sorprenderse por la comodidad e incompresiblemente se movió mal para la definición.
Pero rápido, Higuaín abrió el marcador. Otra vez Italia dejó ese espacio, Daniele De Rossi se equivocó y Erik Lamela le dio un gran pase corto y cruzado al Pipita que se acomodó y fusiló a Buffon junto a su palo izquierdo.
Fue de lo poco que hizo Lamela, pese a haber jugado suelto y la calidad pasó por los chispazos de Angel Di María y la efectividad de Higuaín.
Italia no pudo entrar por abajo ni por medio ni por izquierda, y se reiteró con desbordes por izquierda con el lateral Maggio o por Candreva, que complicaron a Basanta a cargo de ese andarivel con escaso apoyo defensivo de Di María, como es usual.
Pero el argentino-italiano Daniel Osvaldo falló en los dos centros que tiraron desde esa zona, una casi pifándole y Campagnaro despejó y otra anticipado por Federico Fernández.
Sobre el final del primer tiempo, una jugada rápida de contra de Higuaín tuvo continuidad en Di María pero Palacio falló debajo del arco.
En el segundo Prandelli metió la catarata de cambios y Alejandro Sabella uno solo de entrada: Banega por Lamela y a los tres minutos el ex Boca coronó otro avance lucido de Argentina con Higuaín ahora como estratega. Higuaín avanzó por izquierda, esperó que pasaran Di María y Palacio y al ver que desde la derecha avanzaba el fresco Banega, se la ofrendó para que el volante cruzara al gol con un remate fuerte.
Tardó Italia en hacer algo, pero entre los ingresados Insigne y luego Alessandro Diamanti se fueron acercando al arco argentino. Diamanti tuvo la más clara a los 22 con un tiro libre de zurda que estrelló la pelota en el travesaño y en la vuelta Aquilani convirtió en posición adelantada.
Mientras en la contra Italia sufría y esta vez el rebote en el arquero Marchetti de un remate de Palacio derivó en la única falla de Higuaín, al desaprovechar el arco solitario.
A los 30 llegó el golazo de Insigne. Diamanti recibió un rebote y de espaldas se la dio a Insigne fuera del área que, con comba la metió en el ángulo superior izquierdo de Andújar: un gol bellísimo desde donde se lo mire.
Ahí apretó Italia pero Argentina de contra tuvo más chances, una de Di María que no llegó a destino luego de un dribbling de entrenamiento y la última, un disparo franco de Maxi Rodríguez que terminó en una monumental atajada de Marchetti.
Ni siquiera en los últimos quince minutos Argentina necesitó de Messi para ganar, a una Italia que es distinta, que propone más juego y parece dejar de rendirle honores al catenaccio, aunque claro, no estuvieron en cancha jugadores del vuelo de Andrea Pirlo o de Mario Balotelli.
Fuente:DyN

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