Córdoba Open: Diego Schwartzman sacó chapa de candidato y ya está en las semifinales
Agustín Monguillot
CORDOBA - Diego Schwartzman continúa su avance en el Córdoba Open con pasos firmes. El Peque, máximo preclasificado de torneo, sacó al español Albert Ramos-Viñolas por 6-0 y 7-6 (7-0) y se metió en las semifinales. El sueño de festejar un título en el país está un poco más cerca.
Hasta ahora, los dos partidos de Schwartzman fueron un calco. Un primer set arrasador y un segundo más trabajado, al filo de que se le salga de las manos. Le pasó en el debut con Albert Munar, donde se impuso por 6-1 y 7-5. También con Ramos-Viñolas. "Fueron dos situaciones distintas. Hoy fue más duro. Él se la jugó un poco más a diferencia del primer set y yo defendí peor en el segundo. Después, el tie break lo cerré muy bien", diferenció el Peque en conferencia.Prácticamente no hubo equivalencias entre el Peque y el español en ese primer parcial. Schwartzman tomó la iniciativa desde el primer punto con un tenis agresivo. Lo paseó por toda la cancha a Ramos, un jugador limitado en recursos pero generoso en desplazamientos y con golpes con mucho efecto.
Tal vez por eso, el propio Peque reconoció en conferencia que se sorprendió por haber sacado un score tan abrumador En poco menos de media hora, se fue a sentar a la silla con un 6-0 en el bolsillo.
Diferente fue la historia en el segundo parcial. Ramos-Viñolas dejó de ser tan conservador y fue a buscarlo. Si bien tuvo algunas chances de quiebre, el juego de Schwartzman entró en una meseta. El español olió sangre cuando el Peque sacó 5-6 y estuvo a un punto de llevarse el set, pero no la pudo capitalizar. El argentino salió airoso de la situación y lo liquidó en el tie break. Su rival no soportó la frustración y claudicó ante Schwartzman, que recuperó el nivel del primer set en el momento más apremiante. Un 7-0 que lo metió en la semifinal, donde se cruzará con el serbio Laslo Djere, en la sesión nocturna del sábado.
El Peque había dejado su deseo en la entrevista con la televisión post partido: quería un duelo con el Topo "para asegurar un finalista argentino". No pudo ser. Londero y Djere protagonizaron un duelo cambiante, que se podría haber decantado para cualquier lado, pero el serbio tuvo la mente más fría en los momentos cruciales. y sentenció el duelo cerca de la 1 de la madrugada, con una victoria por 6-7 (5-7), 6-3 y 7-6 (7-5), para apagar las luces de otra jornada en el Kempes.
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