Casi milagroso

Del Potro volvió a ser campeón después de casi tres años

Le ganó la final al estadounidense Sock y levantó su primera copa desde enero de 2014, cuando se consagró en Sydney.

EFE

Se terminó la espera para Juan Martín del Potro. Le ganó al estadounidense Jack Sock (23°) por 7-5 y 6-1 en la final del ATP 250 de Estocolmo, y se consagró campeón por primera vez desde enero de 2014, cuando levantó la copa en Sydney. Una gran semana para Delpo, pensando en el próximo gran objetivo: la final de la Copa Davis que Argentina jugará ante Croacia en Zagreb entre el 25 y el 27 de noviembre. 

En un año con grandísimas victorias ante rivales top (Novak Djokovic, Stan Wawrinka, Rafael Nadal y Andy Murray) y con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Delpo se debía volver a levantar un trofeo y ser el dueño de la última gran sonrisa de un torneo. Y hoy se puso al día. Este es el título 215 para un tenista argentino y el 19º en la cuenta del tandilense, que desde este lunes estará cerca del puesto 42 en el ranking de la ATP y volverá a ser el número uno de Argentina.

Si bien Delpo no jugó su mejor tenis, el partido duró prácticamente un set. Fueron saque a saque hasta el 5 iguales, aunque parecía que el argentino tenía todo bajo control. El tandilense dispuso de un break point en el 3-3, pero Sock lo resolvió con una potente y profunda derecha paralela sobre la derecha de su rival.
Hasta que en el undécimo game Sock sacó el catálogo de errores no forzados, los eligió a todos y quedó 0-40. Levantó el primer set point con un ace, pero Delpo no dejó pasar su oportunidad y en el segundo bajó el martillo: 6-5, que rápidamente se convirtió en 7-5. Un mazazo del que el estadounidense no se pudo recuperar.

Si quedaban errores no forzados para ver en esta final, Sock los expuso generosamente en el primer del segundo set, y Del Potro volvió a quebrar para empezar 1-0. En el 2-1 le sangró la nariz al argentino y pidió tiempo médico.

Cuando volvió a la cancha completó el trámite. Quebró para 4-1 y repitió en el séptimo game para reencontrarse con esa sensación que ya casi no recordaba, la de volver a gritar campeón.

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