domingo, 12 de junio de 2016

Desde el miércoles en el CCK

Borges para todos: una gran muestra le rinde homenaje


 Gentileza CCK

Todas las dimensiones del universo del escritor reunidas en una exposición multidisciplinaria.

Que Jorge Luis Borges sigue vivo en su obra y que su legado se expande en inacabables dimensiones ya nadie lo duda. Del arte pictórico a la ilustración, de la literatura al videoarte, del cine al haiku, del paisajismo al tango, de la fotografía a los seres imaginarios, de la enciclopedia a Internet, por mencionar algunas de las que componen la megamuestra que lo tendrán como eje en el Centro Cultural Kirchner, a partir del próximo miércoles. Pero que a 30 años de su muerte –que se conmemoran este martes– el argentino más universal defina el ser nacional constituye una verdadera sorpresa.
Desde una marquesina brillante, en la parte superior de la fachada del CCK, se reproducirá un verso de la “Oda de 1966”. Ayer a la tarde, desafiando el frío glacial, un grupo de técnicos colocaba las palabras que se verán hasta noviembre: “Nadie es la patria pero todos lo somos”. Así de rotunda la voz poética de Borges borra de un plumazo más de una década de un relato político excluyente. Los seis ejes que atraviesan la exposición de 2900 m2 conducen a un objetivo: el goce estético, intelectual y espiritual.
La megamuestra abarca 12 de las 59 salas que, además de multidisciplinaria, es polifónica. Dialogan el pasado con el presente, el hoy y el mañana, las voces de artistas, escritores, curadores, cineastas, contemporáneos del autor de “El Aleph” con sus pares del siglo XXI, en una suerte de continuum que es nada menos que el título de la exposición: Borges. Ficciones de un tiempo infinito. La directora de Arte del CCK y coordinadora de la muestra, Gabriela Urtiaga, encabezó ayer un recorrido.
El público podrá organizar su itinerario como quiera. Borges comienza a desplegarse ante los ojos del visitante desde la obra de Norah Borges, su hermana, y sus contemporáneos en la pintura. Curada por la historiadora del arte Ana Martínez Quijano, se observan obras de exquisita belleza. Todas las contribuciones de los coleccionistas y artistas a las salas de artes visuales son de enorme valor. Clarín consultó al ministro de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, y a la secretaria de Contenidos, Gabriela Ricardes, sobre el costo de la muestra, pero el dato no está disponible a raíz de muchos aportes ad honorem.
En la sala dedicada a “Borges y el cine”, el cineasta Andrés Di Tella y Andrés Levinson montaron en formato GIF las 17 películas que Borges reseñó como crítico. En medio de la sala se ve un viejo proyector, casi como un objeto poético, dice Di Tella. Un espacio recoge todas las formas posibles del laberinto borgeano. Allí el Minotauro gigante del artista Tadeo Muleiro invita a un recorrido que se completará en 15 días cuando se inaugure el “Laberinto” de Andrea Moccio. Hay una maqueta explicativa del símbolo borgeano así como los laberintos de Edgardo Giménez y Matilde Marín. Pasamos del laberinto al Atlas de Borges y María Kodama, cuyas fotografías se completan con un video que dinamiza ese itinerario. En la sala que vincula a Borges con la fotografía, curada por el embajador en Egipto Sergio Baur, se contraponen la Buenos Aires del artista Horacio Coppola y la mítica de Borges bajo la lente de Alberto Goldenstein, entre otras.
El espacio que recoge la amistad con Xul Solar sigue provocando la misma emoción que en el Museo homónimo. La curadora Gabriela Rangel armaba ayer vitrinas con el panajedrez, el Tarot y las cartas astrales de Xul. La sala donde se cruzan la ciencia y los artistas tecnológicos recoge voces de 14 científicos reconocidos. Colgado de una escalera el artista Leo Muñoz se empeñaba en colocar centenares de cablecitos en una gran pantalla. La gente podrá usar una máquina de escribir del siglo XX y verlo en un panel electrónico. La instalación se inspira en “Funes, el memorioso”. Contigua, la cinta de Moebius, de Martín Bonadeo, escribirá una y otra vez binomios de palabras del universo borgeano.
El primero de los ejes “Borges y las letras” ofrece un abordaje múltiple. Primeras ediciones, un original de Prisma, la revista mural que los hermanos pegaban por las calles de Buenos Aires, documentos, fotografías, hasta la instalación de Guillermina Mongan y Mathilde Ayoub que trabajaron las lecturas de Borges a partir de la palabra “biblioteca”. Para la parte de las ilustraciones, Hermenegildo Sábat hizo una especial. En la Gran Lámpara, Leandro Erlich vuelve a seducir con su concepto lúdico del arte. Su obra site specific “Ascensores” invita a descubrir al “otro”. En agosto, el Minotauro de Marta Minujín sumará valor a la megaexposición desde la plaza seca, bajo la panza de la Balleza Azul.

http://www.clarin.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario