Tomás Martín Etcheverry, la nueva sensación del tenis argentino, ganó dos partidos en un día y va por más en Houston
Por mal clima en los días previos, se comprimió el certamen texano y el ascendente platense tuvo un supersábado: venció al australiano Max Purcell y al chileno Cristian Garín y está en las semifinales del torneo ATP 250.
Unos días atrás abría su corazón. Lejos habían quedado las dudas de otros momentos, cuando la incertidumbre hacía pensar hasta dónde podía llegar. “Eso está siempre, cuando no se dan determinadas cosas. El año pasado me costó meterme en el nivel ATP, no se me daban los resultados. Pero te apoyás en tu equipo; eso es lo primordial. También estoy convencido de que, cuando uno quiere algo, hay que dar todo para lograrlo. Yo trabajo duro desde muy chico, y cuando hay que hacer tal cosa, se hace, porque a la larga el trabajo paga”, sostenía Tomás Martín Etcheverry en una charla con LA NACION.
¿Qué viene en la hoja de ruta? “Quiero seguir creciendo, romper la barrera del top 50 y jugar todos los torneos que pueda en el nivel ATP”, afirmaba con confianza. Para Retu vienen nuevos desafíos, otras experiencias, el momento de empezar a codearse con las figuras del circuito. El ascenso en el ranking lo sitúa en posición de ingresar de manera directa a más certámenes, sin tener que acudir tanto a las clasificaciones, y de consolidarse en la gira ATP en lugar de protagonizar el Challenger tour, la categoría inferior que transitó hasta el año pasado. Deberá jugar más torneos en canchas rápidas y también bajo techo; lo exige el calendario de la ATP. Este sábado Etcheverry tuvo doble trabajo: ganó dos partidos en un puñado de horas.
Primeramente, el número 73 del ranking mundial venció al australiano Max Purcell (86) por 7-6 (7-5) y 6-1 y pasó a los cuartos de final del ATP 250 de Houston, Estados Unidos, que se desarrolla sobre clay al aire libre y repartirá 718.245 dólares en premios. Con ese triunfo volvió a la acción luego de tres días, porque desde su 6-3 y 6-4 de primera rueda contra Juan Manuel Cerúndolo habían pasado tres días de inactividad por lluvias.
Y ahora quedó apiñado el cuadro en Houston. Por eso, después de casi 110 minutos de acción, a las tres horas el argentino debió salir a enfrentarse en un cuarto de final con el chileno Cristian Garín (74), que había terminado unos minutos antes su triunfo por 7-6 (7-4) y 7-6 (7-1) su triunfo ante el belgar Zizou Bergs. Más allá de que están casi a la misma altura del ranking, con el platense un puesto arriba del trasandino, Garín podía ser considerado favorito, por antecedentes y experiencia. Y sin embargo, Etcheverry se impuso claramente.
Festejó un 6-1, 6-7 (2-7) y 6-3; ganó holgado los sets que consiguió y perdió por poco el que no se adjudicó. Y como Garin venía repuntando, su lugar en el ranking podía ya sonar mentiroso, por lo cual la victoria fue de las mejores de su trayectoria para el muchacho de 23 años nacido en La Plata. Que puede seguir avanzando: este domingo, a las 15.30, protagonizará una semifinal frente al alemán Yannick Hanfmann, de 31 años y 134º en el escalafón internacional. El germano viene de doblegar por 6-2 y 6-1 al checho Tomas Machac.
La otra semi tiene más peso: el local Francis Tiafoe, que es el primer favorito y el 15º tenista del planeta, se cruzará con el neerlandés Gijs Brouwer, 123º en la lista, a sus 27 años. Los finalistas afrontarán dos compromisos el domingo, por lo cual el campeón, como su vencido en la definición, habrá sostenido cuatro partidos en dos jornadas. Algo muy inusual en el tenis. Pero nada que Etcheverry no esté dispuesto a encarar con ambición en su intención de crecer. Que este año se sustenta en el pase a los cuartos de final del torneo 250 de Buenos Aires y el avance a su primera final de ATP en Santiago, Chile, donde perdió contra el local Nicolás Jarry.
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