Con un Boffelli intratable con 25 puntos, Argentina venció a Inglaterra por 30 a 29 y consiguió un triunfo en el primer partido de la gira.
Desde la llegada de Michael Cheika al banco de suplentes, Los Pumas demuestran ser otro equipo. Uno que no se siente menos que ningún otro y uno que sueña con poder desbloquear nuevos desafíos que parecían imposibles. En ese sentido, la Selección dio el golpe al ganarle un partidazo a Inglaterra por 30 a 29 en Twickenham, un sitio en el que no vencía a La Rosa desde 2006.
Mucho se habló en la previa del doble comando de Cheika. De si el trabajo con Líbano y la dos concentraciones en dos ciudades diferentes iba a afectar al seleccionado nacional, pero nada de eso ocurrió. De hecho, pasó todo lo contrario. Los Pumas hicieron un partido casi perfecto: firmes en los tackles (Kremer la rompió en ese sentido), bien en las formaciones fijas (principalmente el line) y un gran juego de manos con dos tries para repetir una y otra vez en loop.
La primera gran conquista llegó con una palomita de Emiliano Boffelli, la gran figura de la cancha con 25 puntos (un try, una conversión y seis penales), después de una jugada colectiva para la memoria: Los Pumas aprovecharon una salida rápida desde el line, empezaron a fijar y pasar rápido la ovalada y llegaron hasta el ciego, donde apareció el wing como un rayo para surcar la defensa rival. Luego, unos minutos más tarde, también en el comienzo del segundo tiempo, Santiago Carreras, cada día más firme como apertura, aprovechó un error en el manejo de Inglaterra, recuperó la pelota y se fue corriendo solo contra el in-goal contrario.
Obviamente, Argentina deberá mejorar ciertos aspectos para los próximos partidos, como el scrum y algunas desatenciones en la defensa (cometieron varios penales por salir rápido a tacklear). Sin embargo, se trató de una victoria histórica para poder seguir tomando confianza para lo que viene, en un año que no parece tener límite para el conjunto nacional.
Se cortó la racha
Después de 13 años (Salta 2009, el último triunfo), Los Pumas pudieron volver a ganarle a Inglaterra y, encima, lo hicieron en un lugar emblemático como el estadio londinense. Y de la mano de Cheika, Argentina está soñando más despierto que nunca. El año que viene estos equipos volverán a cruzarse en el Mundial de Francia y, como le dijo Matías Orlando hace un tiempo a Olé, la ilusión de todo el país cada día es más grande que nunca.
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