"Tito": cómo nació el proyecto del nuevo auto eléctrico fabricado en la Argentina que revoluciona el mercado
Por Hernán Panessi
Puede recorrer hasta 100 kilómetros con una sola carga de batería. Qué valor tiene, cómo funciona y por qué se erige como una alternativa sustentable a los vehículos con combustible.
Este es un auto que funciona como un electrodoméstico: su enchufe de tres patas planas se coloca en un tomacorriente hogareño. 220v, seis a ocho horitas de carga y… ¡a funcionar! Un auto urbano que gasta menos que un naftero, que no es contaminante y que, entre otras cosas, fue motivo de orgullo para el Ministerio de Economía, fue homologado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y ya se puede patentar.
Chasis de acero, carrocería de chapa, dimensiones mini. Autonomía de 100 kilómetros y velocidad de 65 kilómetros por hora. Ni tan rápido ni tan furioso, pero profundamente funcional. El Tito es un auto pequeñito –un autito, de ahí su chistoso nombre– made in San Luis que ya está disponible en el mercado y se suma al ascendente ecosistema de movilidad eléctrica local: Zero Electric (de provincia de Buenos Aires), Volt (de Córdoba) y Faniot (de Misiones), que aún está en desarrollo.
“El Tito nació sin querer queriendo.” Y la cita en homenaje a El Chavo del 8 le pertenece a Juan Manuel Baretto, presidente de Coradir SA, la empresa puntana desarrolladora del nuevo vehículo eléctrico nacional. Por caso, en Coradir se encargaban inicialmente de la fabricación de baterías de litio para notebooks y de botones antipánico. Más tarde, desarrollaron una batería inteligente de antenas de comunicaciones y centros de cómputo. Y, luego, una batería para electromovilidad: allí advirtieron una enorme posibilidad para expandirse. Y pusieron quinta.
“La Argentina tiene una industria automotriz más que centenaria y madura. Pero, claro: vienen de la metalmecánica y no de la electrónica. Es por eso que decidimos desarrollar una plataforma de banco de baterías, tren motor y toda la electrónica asociada para que cualquier fabricante nacional pudiera desarrollar su propia versión de Tito”, explica Baretto.
Sin embargo, aquella idea iniciática no tuvo éxito comercial y, con la pandemia encima, desde Coradir siguieron trabajando para asegurar las prestaciones de esa plataforma. “Cuando nos dimos cuenta, ya teníamos un auto completo. Ahí nos preguntamos: ‘¿Y si lo ponemos a disposición del público?’. Diría que ese es el verdadero nacimiento de Tito.”
Entre sus principales ventajas en comparación a los vehículos que funcionan con combustible está la no emisión de gases de ningún tipo, los bajísimos costos de mantenimiento y el ahorro del gasto energético. “Gasta unas diez veces menos que un auto a combustible.” Nada mal, ¿no? “Todos los gobiernos están bajando los impuestos a la movilidad eléctrica. Y el compromiso de las nuevas generaciones con el medioambiente es formidable. A tal punto que todas las predicciones de cuándo se acaban los coches a combustión y el cambio por eléctricos es cada vez más pronto. El consumidor está actuando muy fuerte.”
Entonces, ¿los autos eléctricos reemplazarán o convivirán con los de combustible? “Sin duda, vienen a reemplazarlos. Son muchísimas las ventajas, es enorme el ahorro, y el factor ambiental es algo terminante. El futuro es cien por ciento eléctrico”, Baretto dixit. Y en términos estéticos, el proyecto Tito guarda algunas referencias con el de Today Sunshine, uno de los principales vehículos eléctricos de China. A la sazón, existe un tendal de vehículos similares al Tito. ¿Por qué? “Porque nosotros compramos las chapas estampadas por kilo y las soldamos en nuestra fábrica de San Luis. Es una carrocería automotriz estándar.”
(...)
Si el fuego hizo a los hombres, se inicia aquí una nueva era: la de los autos eléctricos, la de aquellos que reemplazan la combustión interna de petróleo (otra forma de fuego) por energía provista por enchufes de tres patas (que algún día provendrá totalmente de energías primarias renovables; de viento, de sol, de mares). Se hace paso la era de la luz.
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