Argentina Open: Federico Coria festejó por primera vez y Francisco Cerúndolo lo dio vuelta
El rosarino eliminó al uruguayo Pablo Cuevas; el finalista de 2021 dejó afuera a Bagnis.
Por José Luis Domínguez.
Prensa Argentina Open/Sergio Llamera
Hubo mucho de alegría en ese festejo con el que se cerró la primera noche de acción en el court Guillermo Vilas del Buenos Aires, con Federico Coria como protagonista. Y también algo de alivio y de desahogo. Porque el rosarino no había empezado bien el año, primero por un contagio de Covid que lo dejó fuera de la ATP Cup, y luego por sendas derrotas en el Australian Open y, la semana pasada, en el torneo de Córdoba.
Coria terminó la noche con los brazos en alto, luego de casi dos horas de lucha con el uruguayo Pablo Cuevas, al que le ganó por 6-1, 1-6 y 6-3, en un duelo de altibajos entre las estocadas de revés del experimentado Cuevas y la tenaz defensa del rosarino. Así, el 65° del mundo no dudó en arrojarse sobre el polvo de ladrillo en una ‘palomita’ para atajar un contradrop del uruguayo y levantarse para definir el punto a continuación, cuando promediaba el segundo set.
El esfuerzo de Coria tuvo su premio: a los 29 años, y a un paso de cumplir los 30 -dentro de un mes- se clasificó por primera vez en su carrera a los octavos de final del Argentina Open. Previamente, había perdido las tres veces que pasó por el Buenos Aires, dos de ellas en la qualy, y el año pasado en el estreno, ante Francisco Cerúndolo, luego finalista. Y hasta contó con un espectador de lujo: Javier Pinola, defensor de River, el club del que Federico Coria es -al igual que su hermano Guillermo- fanático a ultranza. ”Yo lo invité, y es una locura que esté acá”, expresó.
“Esto es semana a semana. Estaba muy bien, pero arranqué el año con Covid, me tocó Monfils -en el Australian Open-, que no lo quiero ver más. Pero es lindo jugar y ganar acá. No había podido ganar nunca en el Argentina Open, eso es una alegría. Lamentablemente, Guille (su hermano mayor, capitán de la Copa Davis) me sacó del equipo, lo hablaremos en casa, ja”, bromeó Fede Coria. El miércoles lo espera un examen más exigente: el serbio Dusan Lajovic, 37° del ranking y que viene de sobrevivir a tres match-points para ganarle al francés Benoit Paire.
Un rato antes, el que festejó fue Francisco Cerúndolo, a expensas de Facundo Bagnis, por 7-5 y 6-2. Había empezado mejor el zurdo de Armstrong, en control del juego, muy prolijo, hasta adelantarse 5-1 en el primer set. Pero el finalista del año pasado empezó a repartir derechazos y se hizo incontenible: ganó 12 de los 14 games siguientes, para pasar del 1-5 al 7-5, primero, y luego al 6-2 con el que sentenció el duelo.
Cerúndolo, que está en el puesto 107° del ranking mundial y necesitó atravesar la qualy para volver al cuadro principal del Argentina Open, volvió a demostrar que le sienta bien la cancha central del Buenos Aires. “No arranqué jugando bien, tampoco tan mal, pero Facundo estaba mejor. Poco a poco mejoré, equilibré el marcador y luego pude inclinar el partido a mi favor”, contó luego de su victoria.
Al igual que Coria, al mayor de los hermanos Cerúndolo le espera en los octavos de final un compromiso ante un jugador serbio: Miomir Kecmanovic (64°), que más temprano se impuso en el duelo de tenistas balcánicos ante Laslo Djere (56°) por 6-4, 1-6 y 6-1. Francisco Cerúndolo se quedó con las ganas de jugar el Australian Open -perdió en la qualy-, luego obtuvo el Challenger de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y la semana pasada tropezó en el debut en Córdoba con el zurdo chileno Alejandro Tabilo, luego finalista.
Otro triunfo argentino del lunes llegó en el cuadro de dobles y en la cancha 2. Con un público enfervorizado, el marplatense Horacio Zeballos, 6° del mundo en la especialidad, esta vez no estuvo acompañado por el español Marcel Granollers, y sí por el italiano Fabio Fognini, que es por primera vez su partner en la modalidad por parejas; con esfuerzo, superaron a los brasileños Orlando Luz y Thiago Monteiro por 7-6 (7-4) y 7-5.
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