La increíble historia del cuadro de Diego Velázquez que hace 40 años está en Mar del Plata
Antes de ser entregada a Leopoldo de Habsburgo, el máximo referente del barroco Español inmortalizó a la Infanta Margarita por última vez. Días antes de su muerte, el artista le regaló “Nostalgia de partida” a un colega y la obra fue pasando de generación a generación hasta que en 1970 llegó a Mar del Plata en una mudanza.
Detalle de la obra "Nostalgias de Partida", óleo sobre tela que el artista realizó entre 1659 y 1660. Foto: 0223.
Por Lourdes Díaz
Que durante su estancia en la Corte Española, la modelo preferida de Diego Velázquez, padre del Barroco español, fue la infanta Margarita Teresa de Austria no es una novedad: en menos de cinco años, el artista retrató una decena de veces a la denominada “Niña bonita de la Corte”. Lo que sí es, al menos llamativo, es que el último retrato que hizo de la joven está en Mar del Plata y hay un proyecto para instalar una réplica en Plaza España.
“Nostalgia de partida”, es un óleo sobre tela de 13,30 X 24 centímetros que el artista realizó entre los años 1659 y 1660, antes de que la joven sea entregada a su tío y prometido Leopoldo I de Habsburgo, con quien contrajo matrimonio y tuvo cuatro hijos, de los que solo uno llegó a la adultez.
La obra que fue certificada en cuatro oportunidades se encuentra en Mar del Palta desde la década del 70, cuando su propietario se mudó a la ciudad sin tener idea que aquel pequeño cuadro que había pasado por generaciones en su familia de manera directa era un auténtico Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.
“Esta obra está en poder de su dueño original que la heredó y no tenía idea de lo que tenía en su casa. La obra estuvo desde 1660 hasta 1880 en España, de ahí viajó a Buenos Aires y en la década del 70 llegó a Mar del Plata”, cuentan a 0223 Juan José Fernández Montes de Oca y Flavio Seijo Santagada, apoderados del propietario del óleo que prefiere mantenerse en el anonimato.
Diego Rodriguez de Silva y Velazquez nació en Sevilla y, si bien no hay datos certeros la fecha de nacimiento del talentoso artista, los registros de la Iglesia Católica española dan cuentas del bautismo del pequeño el 6 de junio de 1599.
A los 11 años, ingresó en el taller del pintor sevillano Francisco Pacheco, uno de los más prestigiosos de su tiempo, con quien permaneció seis años como aprendiz y en 1617 se convirtió en pintor independiente de acuerdo con la norma del gremio de pintores de la época.
Establecido ya como pintor autónomo, Diego Velázquez contrajo matrimonio con Juana Pacheco, hija de su maestro, el 23 de abril de 1618. Con ella tuvo dos hijas, de las que solamente sobrevivió una y se mudaron a Madrid en 1622. Un año más tarde ingresó al Palacio como Pintor de la Corte, cargo que mantuvo durante cuatro décadas.
Trabajando como cortesano, el artista se convirtió en el “mejor pintor de la historia” y no ocultaba su deseo de ser tratado como Asesor cultural, aunque ya disfrutaba de un sueldo fijo y acceso a toda la cultura de la época y, cuentan que durante su estancia en Palacio, eliminó toda posible competencia, algo que le valió no pocos enemigos,
A principios de 1660, Velázquez era aposentador de la corte y debía viajar con el séquito de la infanta María Teresa para preparar las nupcias reales de la joven con Luis XIV, “El rey sol”. Durante su estancia, se encontró con un colega al que le regaló el último retrato que había pintado de la infanta Margarita, una pequeña tela en la que se aprecia a la niña con la vista fija en el horizonte.
Mientras el artista emprendía su regreso a Madrid, su amigo junto a su mujer murieron a causa de una indigestión. Ya en el Palacio, Velázquez enfermó y falleció a los pocos días a causa de una afección estomacal. Seis días mas tarde lo hará su compañera de vida y el acta de defunción constataría la misma causa de deceso.
“Nostalgia de Partida puede tratarse de la última obra realizada por el maestro, lo que es seguro que es el último boceto efectuado por él de la infanta y desde la perspectiva penalista te diría que es la prueba de un cuádruple envenenamiento”, dice Seijo Santagada, quien abona la idea del asesinato del artista con un método que era típico entre los cortesanos.
Hace casi 30 años que Seijo Santagada tomó conocimiento de la obra que un amigo había heredado y tenía guardada como una reliquia. “No tenía idea de lo que tenía”, dice el hombre mientas recuerda que intrigado por la técnicas de la pequeña obra comenzó a rastrear la línea de procedencia, hasta dar con el testamento de 1660 en el que consta que la obra era un legado del Padre del Barroco Español.
“Encontrar el autor de la obra nos llevó años y cuando nos enteramos que la obra era un regalo de Diego Velázquez empezó todo un proceso de verificacion y certificacion. Llevamos ya varios viajes a España. En un principio viajábamos con el cuadro. Ahora ya no lo podemos sacar tan fácil del país y la pandemia nos demoró más de lo que habíamos pensado”, explica Montes de Oca.
Cuando se confirmó que la obra era un Diego Velázquez original, comenzó el proceso de certificación y verificación. “Los estudios técnicos fueron acordes a la obra de la que se trata, ya que obviamente había que probar que la obra y sus antecedentes correspondían al autor que vivió en el 1600”, detallan.
Así, en la década del `90 realizaron un primer estudio para descartar la presencia de superposición de imágenes, que fue confirmada con un examen de Rayos X.
Además, un estudio de Carbono 14, realizado en conjunto por la Universidad de Arizona y la UBA, para determinar la fecha y condiciones ambientales de la pieza, una estratografía de la tela en el Instituto de Bienes Culturales de Venecia, un estudio fotográfico comparativo hecho por el Museo de Preservación Patrimonial de Mar del Plata y un cotejo de rostro autenticado por el Ministerio de Cultura de Austria y por el profesor y Curador de la Diócesis de Napoli y quien descubrió el último autorretrato de Leonardo Da Vinci, Nicola Barbatelli, ratificaron la autoría de la obra.
“Tambien certificó la obra el profesor Giuseppe Maria Pilo, quien recibió una medalla de oro del gobierno italiano por su trayectoria artistica”, agregan.
A principios de agosto ingresó al Concejo Deliberante un proyecto que busca emplazar un monumento con una réplica de la obra y un autorretrato del sevillano en Plaza España.
“Creemos que la obra tiene que estar en la plaza porque es el lugar natural. La Plaza España o Plaza San Martín, frente al Centro Gallego”, explican los apoderados de la pieza.
El monumento en cuestión es una pieza en holograma realizada en barras verticales de hierro que forman la imagen de la Infanta en una cara y, en la otra el clásico autorretrato de perfil sintetizado del maestro Velazquez. Las barras están ubicadas de tal manera que es el ojo del observador el que suplementa los espacios en blanco y por Gestal da cierre a la imagen, creando la ilusión de tridimensionalidad.
El proyecto, de acuerdo a lo que explican los apoderados de “Nostalgias de Partida”, contempla que la pieza tenga dos réplicas: una que se emplazará en cercanías a la vivienda en la que nació el artista sevillano, en España y otra en Austria, ya que la mujer retratada fue reina de dicho país durante siete años.
"La idea también es que Mar del Plata tenga conocimiento de la pieza que hay en la ciudad y de la obra del maestro", concluyen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario