Argentina Open: la alegría de Tomás Etcheverry y su primera vez en los cuartos de final de un torneo ATP
A los 23 años, accedió por primera vez a la etapa de los ocho mejores del torneo en el Buenos Aires al derrotar a Carballés Baena; mañana se medirá con Cameron Norrie
Ganó el último punto y alzó los brazos, entre incrédulo y feliz. Para Tomás Martín Etcheverry, no fue un triunfo más. El éxito sobre el español Roberto Carballés Baena por 4-6, 6-1 y 6-2, lo envió de manera directa a los cuartos de final del Argentina Open. Además, sus primeros cuartos de final en un torneo del nivel ATP. Delante de su familia, sus amigos, sus afectos, los que sólo pueden verlo en acción unos pocos días al año, cuando el circo de las raquetas estaciona en nuestro país. Por eso, ganar en Buenos Aires tiene un valor extra.
“Fue un partido súper especial, sí. Creo que en el segundo y en el tercer set tuvo un nivel altísimo. Hacía tiempo que no jugaba así, y poder hacerlo acá, con toda la gente y toda mi familia, es algo increíble. Que me puedan ver disfrutando tiene un condimento especial”, expresó Etcheverry con una sonrisa enorme.
Nacido en La Plata, el Retu, un apodo que acompaña desde a Etcheverry que era chico, es entrenado por Wally Grinóvero. Con 23 años, es uno de los integrantes de una camada de renovación que tiene como principales representantes a Francisco y Juan Manuel Cerúndolo, y a Sebastián Báez. Esta semana se ubica 82° en el ranking, pero con lo hecho aquí está muy cerca de superar su mejor ubicación (72°). Hace rato que el platense ronda esos puestos, que le permiten jugar cualquier Challenger, pero para entrar a algún ATP en más de un caso debería disputar las qualies.
“Este año me propuse un cambio. En la medida que juego niveles más altos, el mismo tenis te los propone. Por mi altura (1,96m), tengo que ser un jugador más agresivo. Es algo que va a llevar tiempo, pero hay que intentarlo. Estoy en la etapa de los errores, pero de eso va a salir algo bueno. Vengo entrenándome de esta manera y lo puedo hacer en competencia. En Córdoba [perdió un partido muy cerrado contra Joao Souza] había arancado muy bien, pero no me la terminé de creer. Esta semana el cambio ya está haciendo diferencia”, analizó el platense.
“Todas las etapas tienen algo diferente. El salto de junior a profesional, de future a Challenger, de Challenger a un ATP. El nivel de la intensidad es cada vez más marcado; el tema físico, los detalles en el nivel más alto, descansar bien, la alimentación, tener entrenamientos... no podés dejar nada sin atender. Y luego, el tema tenístico pasa a ser todo muy fino, ves que los partidos se definen en un par de pelotas”, agrega.
Etcheverry entiende que hay un cambio generacional que empieza a dejar su huella. “Hay chicos que estamos ya con más experiencia, y eso se va notando. Fran (Cerúndolo) y Seba (Báez y Juanma (Cerúndolo) ya son una realidad. Pero van a venir más jugadores, por la ayuda que significan todos los torneos que se están haciendo en Sudamérica. La oportunidad de que todos puedan jugar va a hacer que se vengan más chicos”. Y claro, la cantidad de jugadores deriva en el efecto contagio cuando aparecen los buenos resultados: “Hay una competencia entre todos los chicos que es sana. Nos motivamos el uno al otro. Que uno consiga algo por primera vez demuestra que otro también puede hacerlo; lo que consiguen los chicos me da la fuerza de que yo también puedo, y acá nos hacemos fuertes también. Nosotros nos entrenamos toda la vida acá, y para la mayoría es nuestra superficie favorita. Entonces es normal que empecemos a meternos y a ganar en este tipo de torneos”.
Contó con un numeroso y ruidoso apoyo en las tribunas, con varios amigos y allegados que vinieron de La Plata. Encendió a los seguidores en la tribuna del court Guillermo Vilas con juego decidido y ambicioso. “Intento ser siempre yo dentro de la cancha. Hoy hubo mucha gente, se dio un ambiente como de Copa Davis, y me fascina, es muy lindo tener esta experiencia, lo disfruto y me da mucha energía”.
A propósito de la Copa Davis: el capitán Guillermo Coria lo siguió desde un palco. El Retu sabe que la posibilidad está cerca, y se anima. “Es un sueño jugarla. Guille me mandó el otro día un video super lindo. A Finlandia lamentablemente no pude ir, pero me gustaría estar. El sueño de todo tenista desde chico es representar al país, y Guille me hizo emocionar con ese video que me mandó”, contó.
Atrás quedaron algunos malos tragos, como lo sucedido en septiembre de 2021, cuando fue deportado de Alemania porque había superado por 23 días el permiso para estar en el territorio de la Comunidad Económica Europea, que se había reducido por la pandemia. “Me trataron como a un delincuente. Sinceramente no entendía nada y tuve mucho miedo, entré en pánico”, contó a su regreso de una odisea, tras permanecer más de 24 horas en un calabozo. Encima, a la vuelta dio positivo de Covid.
Ahora, este 2023 empezó para él con un ingreso en el ATP de Adelaida desde la qualy; pasó la primera ronda en el Australian Open y cayó frente a Jannik Sinner, y en Córdoba perdió con Joao Sousa, en un partido que podría haber caído de su lado: esos detalles que el propio Etcheverry citaba. El viernes tendrá un examen más riguroso cuando se enfrente con Cameron Norrie, 12º del mundo, que escapó de una inesperada caída ante Facundo Díaz Acosta. El británico ya siguió con atención al platense: “Es un jugador muy completo. Buen saque, buena derecha y revés. Además, es muy joven, es un gran chico. Voy a tener que jugar muy bien para ganarle”. Mientras, el Retu sonríe en su mejor semana en Buenos Aires.
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