Diego Schwartzman venció a Jenson Brooksby y se clasificó para la final del ATP 250 de Amberes
El Peque derrotó al norteamericano por 6-4 y 6-0 y se medirá en el partido decisivo con el italiano Jannik Sinner; además, el argentino se refirió a una espectadora muy especial que lo acompaña.
El segundo y último set fue una demostración de talento, casi un paseo triunfal: Diego Schwartzman derrotó por 6-4 y 6-0 al estadounidense Jenson Brooksby (70º) y se clasificó para la final del ATP 250 de Amberes. Este domingo buscará el título ante el italiano Jannik Sinner, que le ganó más temprano a Lloyd Harris, de Sudáfrica, por 6-2 y 6-2.
Se tratará del partido decisivo Nº 12 para el Peque en certámenes ATP, con una estadística desfavorable de 4 contra 7. El tenista formado en el Náutico Hacoaj persigue su segunda coronación del año, luego de su conquista en el ATP de Buenos Aires. Y en Amberes había perdido en la definición las dos veces, y ante jugadores franceses: en 2016 frente a Richard Gasquet y contra Jo-Wilfred Tsonga en 2017.
El argentino había eliminado en cuartos de final al estadounidense Brandon Nakashima, mientras que en octavos había derrotado por 6-4 y 7-6 (8-6) al británico Andy Murray, ex número 1 del mundo. Su rival batió en cuartos de final al español Alejandro Davidovich Fokina (44º) por 7-5 y 6-0.
El gran punto de inflexión del primer set se produjo en el quiebre de saque en cero que logró Schwartzman, para ponerse 5-4 y encaminar el primer parcial en 55 minutos. Particularmente, el último game de ese primer capítulo lo resolvió de manera impecable, con un passing shot cruzado que dejó en mitad de camino a Brooksby, que se disponía a atacar en la red.
Aquel quiebre de servicio fue el envión para seguir dominando a continuación: el segundo set fue un derroche de talento y una demostración de pleno dominio. Schwartzman le hizo sentir el peso de su jerarquía y lo confundió en los intercambios de pelota hasta llevarlo al error. Una y otra vez. De esa forma, se llevó un partido que lo consolida para enfrentar este domingo a un rival durísimo. Sinner es un talento que se viene, de 20 años y que está peleando por entrar al Masters de Turín, en el mismo camino que el Peque. Es la quinta final del año para el italiano, que ganó en Melbourne (antes de Australia) Sofía y Washington.
Por su parte, Schwartzman necesita seguir sumando y avanzar en la carrera a la final en la que se encuentra 17º y con 1705 puntos. El torneo final se disputará entre el 14 y 21 de noviembre y enfrentará a los mejores ocho del ranking.
Una espectadora muy especial
El Peque se había referido el viernes a que en ciertos lugares se siente más cómodo, ya sea por el ambiente que hay, por la organización, como por la ciudad. Es el caso de Amberes. “Hay algo que hace que esté listo para jugar y me siento a gusto. Los indoors (europeos), desde el primer momento que los pude jugar, es una superficie en la que me sentí bien naturalmente”, había descripto.
Tras el triunfo ante Brooksby, le preguntaron cómo se sentía y ratificó su feeling con la cancha y con el público belga de las tribunas. Y sorprendió con una frase, mientras señalaba muy sonriente a las gradas: “Tanto es así que hay una señora que podría ser mi abuela y que tenemos una relación tal que me regala chocolates”. Enseguida, la mujer fue enfocada en cámara y saludó desde una de las plateas, con barbijo puesto pero seguramente con una sonrisa dibujada.
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