Siete muchachos audaces
Fueron de punto y terminaron ganando la regata Rolex Atlántico Sur.
Un
grupo de amigos, representantes del Yacht Club Argentino, a bordo del
Ladino Millennial, sorprendió en la clásica regata de Punta del Este al
ganar la Serie B de la fórmula ORC Club e imponerse también en la
clasificación general.
Siete intrépidos jóvenes lograron con el yachting una proeza
que no se condice con su amateurismo y consiguieron llevarse no sólo el
primer puesto en la Serie B de la fórmula ORC Club en la edición 2018
del Rolex Circuito Atlántico Sur sino que también se impusieron en la
clasificación general. La historia fue así: a estos siete aventureros,
representantes del Yacht Club Argentino, les fue ofrecido el “Ladino”,
cuyo dueño, Pablo Maffei, había decidido participar con su Pandora 34
J70 de la regata. Los siete miembros no esperaron a que el viento
cambiara de dirección y aceptaron rápidamente el convite, no fuera a ser
que la generosa y tentadora propuesta se esfumase por cavilar
demasiado. Y como este arriesgado septeto forma parte de la generación
millennial (llamada así para definir a los nacidos en las dos últimas
décadas del siglo pasado), la banda de tripulantes rebautizó la empresa
Ladino Millennial. La combinación de ambas palabras resultó más que
apropiada, porque astucia y brío juvenil parecía sobrarles.
Así las cosas, con el objetivo de cruzar el Río de la Plata y correr en Punta del Este, la tripulación quedó conformada con Mariano Victory (Proel), Martín Victory (Mástil), Federico Nager (Piano), Martin Jacoby (Tailer), Brian Zon (Trimmer de Genoa y Spinnaker), y los hermanos Santiago Nandin (Trimmer de Mayor y Táctico) y Gonzalo Nandin (Timonel). A partir de ese momento, el equipo comenzó a trabajar a contrarreloj: el pronóstico no pintaba amigable y, por si fuera poco, dentro de su competencia había varios navegantes profesionales de renombre internacional.
Así las cosas, con el objetivo de cruzar el Río de la Plata y correr en Punta del Este, la tripulación quedó conformada con Mariano Victory (Proel), Martín Victory (Mástil), Federico Nager (Piano), Martin Jacoby (Tailer), Brian Zon (Trimmer de Genoa y Spinnaker), y los hermanos Santiago Nandin (Trimmer de Mayor y Táctico) y Gonzalo Nandin (Timonel). A partir de ese momento, el equipo comenzó a trabajar a contrarreloj: el pronóstico no pintaba amigable y, por si fuera poco, dentro de su competencia había varios navegantes profesionales de renombre internacional.
Pocos días antes de la largada supieron que las condiciones
meteorológicas definitivamente no iban a ayudarlos. Entonces prepararon
una ruta tentativa que les permitiese un cruce lo más seguro posible y
cierta flexibilidad para tomar decisiones tácticas.
Así fue que estos siete muchachos uniformados con rigurosos anteojos de sol, bermudas grises y camperas rompeviento blancas con una franja amarilla bajando desde las axilas, iniciaron la travesía que acabaría con un resultado impensado. “Teníamos la tranquilidad de saber que el barco estaba muy bien preparado, eso nos permitió enfocarnos de lleno en la performance y la organización del equipo”, confió Zon.
El sábado 13 de enero al mediodía largó el tramo que une las ciudades de Buenos Aires y Punta del Este, con vientos leves, pero la amenaza de densos nubarrones. “Se preveía mal tiempo, de modo que estábamos todos con la guardia alta y muy atentos a todo lo que iba sucediendo”, señaló Nandin, el patrón de a bordo.
Las regatas de Punta del Este se corrieron con vientos medios entre 13 y 18 nudos, condiciones con las que el barco se sentía muy cómodo. Las largadas fueron un punto en el que el equipo se destacó por su gran velocidad, y el acompañamiento de una buena táctica les permitió mezclarse en todas las regatas con los barcos de la serie más grande.
Sin embargo, tal como anunciaba el pronóstico, la lluvia acompañó a los siete tripulantes la mayor parte del cruce, donde se registraron vientos de 25 nudos que venían de frente. Nandin lo relató así: “En el Circuito La Barra tuvimos un inconveniente que nos dejó muy mal posicionados en la largada. Pero fue destacable la actitud del equipo, que mantuvo la calma, porque a fin de cuentas nos sirvió para corroborar que también podíamos correr bien desde atrás hasta recuperar varios puestos”.
Hasta la última regata todo era incierto: el Llanero, un Roy 38, había demostrado durante todo el campeonato que no pensaba regalar la Copa. La definición llegó en la Vuelta Gorriti, donde el “Ladino Millennial” tuvo que defender su liderazgo a capa y a espada. “Fue una largada de match race, el Llanero nos vino a buscar y tuvimos que rehabilitarnos previo a la largada; de todas maneras el barco voló y pudimos cumplir el objetivo”, dijo por su parte Victory.
La llegada fue con lluvia, 25 nudos y bastante agotamiento. El domingo, mientras el equipo recuperaba las fuerzas, los siete navegantes juveniles se enteraron de lo que habían obtenido. Los festejos comenzaron luego de hacer las cuentas y de darse cuenta que el resultado final los favorecía: habían sido ganadores de la Clasificación General y de su serie en Fórmula ORC Club. La felicidad tras semejante esfuerzo era total. Y con la entrega de premios en el Hotel Enjoy Conrad, llegaba a buen puerto la hazaña de estos siete tipos audaces.
https://www.pagina12.com.ar
Así fue que estos siete muchachos uniformados con rigurosos anteojos de sol, bermudas grises y camperas rompeviento blancas con una franja amarilla bajando desde las axilas, iniciaron la travesía que acabaría con un resultado impensado. “Teníamos la tranquilidad de saber que el barco estaba muy bien preparado, eso nos permitió enfocarnos de lleno en la performance y la organización del equipo”, confió Zon.
El sábado 13 de enero al mediodía largó el tramo que une las ciudades de Buenos Aires y Punta del Este, con vientos leves, pero la amenaza de densos nubarrones. “Se preveía mal tiempo, de modo que estábamos todos con la guardia alta y muy atentos a todo lo que iba sucediendo”, señaló Nandin, el patrón de a bordo.
Las regatas de Punta del Este se corrieron con vientos medios entre 13 y 18 nudos, condiciones con las que el barco se sentía muy cómodo. Las largadas fueron un punto en el que el equipo se destacó por su gran velocidad, y el acompañamiento de una buena táctica les permitió mezclarse en todas las regatas con los barcos de la serie más grande.
Sin embargo, tal como anunciaba el pronóstico, la lluvia acompañó a los siete tripulantes la mayor parte del cruce, donde se registraron vientos de 25 nudos que venían de frente. Nandin lo relató así: “En el Circuito La Barra tuvimos un inconveniente que nos dejó muy mal posicionados en la largada. Pero fue destacable la actitud del equipo, que mantuvo la calma, porque a fin de cuentas nos sirvió para corroborar que también podíamos correr bien desde atrás hasta recuperar varios puestos”.
Hasta la última regata todo era incierto: el Llanero, un Roy 38, había demostrado durante todo el campeonato que no pensaba regalar la Copa. La definición llegó en la Vuelta Gorriti, donde el “Ladino Millennial” tuvo que defender su liderazgo a capa y a espada. “Fue una largada de match race, el Llanero nos vino a buscar y tuvimos que rehabilitarnos previo a la largada; de todas maneras el barco voló y pudimos cumplir el objetivo”, dijo por su parte Victory.
La llegada fue con lluvia, 25 nudos y bastante agotamiento. El domingo, mientras el equipo recuperaba las fuerzas, los siete navegantes juveniles se enteraron de lo que habían obtenido. Los festejos comenzaron luego de hacer las cuentas y de darse cuenta que el resultado final los favorecía: habían sido ganadores de la Clasificación General y de su serie en Fórmula ORC Club. La felicidad tras semejante esfuerzo era total. Y con la entrega de premios en el Hotel Enjoy Conrad, llegaba a buen puerto la hazaña de estos siete tipos audaces.
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