Del Potro sabe cómo iluminarse
En un partido que concluyó al filo de la noche, le ganó a Wawrinka y
pasó a la final de Estoril; hoy, desde las 11.30, buscará su segundo
título del año, frente a Gasquet.
Del Potro necesitó 1h32m para derrotar a Wawrinka en el polvo de ladrillo portugués. Foto: AP
Sobre el polvo de ladrillo de Estoril, Juan Martín del
Potro está a las puertas de otra consagración. En el mismo terreno que
lo vio campeón hace doce meses, el tandilense intentará prolongar el
sendero ganador. Luego de vencer por 7-6 (7-2) y 6-4 en la semifinal al
suizo Stanislas Wawrinka, Delpo se enfrentará hoy, cerca de las 11.30 de
nuestro país (transmite DirecTV Sports), con el francés Richard
Gasquet, en busca del undécimo título de su carrera y el segundo en esta
temporada, en la que encara el regreso al top ten.
Luego de varias semanas de descanso y preparación, la
Torre empezó de la mejor manera la gira europea sobre polvo de ladrillo,
en una prueba que lo recibía como máximo favorito, y en la que la
lógica se impuso a rajatabla, pues los cuatro primeros preclasificados
fueron los protagonistas en las semifinales.
La jornada, para Delpo, se extendió mucho más allá de lo imaginado.
Primero, porque la final femenina, en la que la estonia Kaia Kanepi
derrotó a la española Carla Suárez, duró 2h40m, y más larga fue aún la
primera semifinal, en la que Gasquet debió batallar durante 3h2m para
superar a Albert Ramos por 2-6, 7-6 (7-1) y 7-5; ya la tarde había
transcurrido largamente cuando empezó a jugar el tandilense, y encima,
un chaparrón, cuando apenas se habían jugado tres games, forzó una
suspensión que obligaba a pensar en la posibilidad de que el encuentro
no se completara por falta de luz natural.
En este duelo contra el reloj, similar en ese sentido
al que protagonizó contra el croata Ivo Karlovic por la Copa Davis en
pleno crepúsculo en Parque Roca hace algunas semanas, Del Potro salió
airoso, más allá de los numerosos errores no forzados (48) que cometió
en la ansiosa búsqueda por cerrar el encuentro antes del anochecer; de
hecho, el duelo concluyó a las 20.44 de Estoril, cuando el argentino
pudo festejar en el quinto match-point, en el que Wawrinka dejó un revés
en la red.
"Estoy contento por estar otra vez en la final. Creo
que fue un partido difícil para los dos, porque la mayor parte se jugó
casi sin luz, y tuve un poco de suerte en los últimos puntos, porque ya
no se veía nada. Las condiciones estuvieron difíciles, porque estuvimos
esperando muchas horas, luego llovió y sabíamos que nos quedaban menos
de dos horas de luz, pero pude cerrarlo a tiempo", resumió Delpo, que
disputará la decimosexta final de su carrera, y la tercera en 2012, tras
el título obtenido en Marsella y la definición que cedió contra Federer
en Rotterdam.
"Gasquet es un buen jugador, tiene experiencia y un
gran juego en todas las superficies, con un revés magnífico, pero la
presión estará de los dos lados y yo voy a tratar de ser lo más agresivo
posible", anticipó Delpo sobre el partido de hoy. El historial entre
ambos lo lidera el argentino por 3-1, con la particularidad de que la de
hoy será la segunda final de ATP entre ambos; el 13 de julio de 2008,
el tandilense derrotó en a Gasquet en Stuttgart, en lo que fue su primer
título en el circuito. El francés es el 18° del ranking, pero jugará su
primera final en casi dos años, ya que obtuvo su último título en Niza,
en 2010.
En cuanto al ranking, Del Potro, que esta semana se
ubicó 12°, se aseguró un ascenso de una posición por llegar a la final, y
volverá al número 10 si se queda con el título, por encima de John
Isner y Gilles Simon; vale recordar que los 250 puntos que logró el año
pasado por ser campeón ya los descontó.
En suelo portugués, Del Potro buscará su segundo cetro
en Estoril y el sexto para el tenis argentino, en un certamen que
también tuvo como campeones a David Nalbandian (dos veces), Juan Ignacio
Chela y Gastón Gaudio, y en el que también fueron finalistas Agustín
Calleri y Franco Davin, coach de Delpo.
Con diez títulos en el ATP Tour, Del Potro intentará
alcanzar hoy su cuarta conquista en polvo de ladrillo; además del trofeo
obtenido aquí en 2011, también se consagró en Stuttgart y Kitzbühel
2008, mientras que el resto de sus éxitos fueron sobre canchas duras.
Por lo pronto, en Estoril ratificó su condición de candidato, llegó a la
definición sin ceder sets -de hecho, ante Wawrinka no dio ni un punto
de quiebre con su saque-, y logró buenos resultados en su primera semana
de regreso al tour para un tramo importante de la temporada.
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